viernes, 19 de marzo de 2010

Una pelea fantástica

Disfruté esta mañana, poco antes de las diez, de la discusión entre Chiche Gelblung y Horacio Pagani en el programa Edición Chiche de Radio Mitre. No puedo reproducirlo porque no lo encuentro (no tengo acceso a la grabación completa de las radios y no aparece entre los audioblogs de Radio Mitre).

El tema central era el asesinato de Roberto Camino, una muerte más entre los barras bravas (hooligans, hinchas violentos) argentinos. Gelblung sostenía que los periodistas deportivos no se hacen cargo de resolver los problemas del fútbol y que estos episodios son también una señal del fracaso de esos periodistas. Decía, entre otras cosas, que los periodistas que cubren partidos de fútbol solo ven la burbuja -la cabina- en la que los ponen los clubes. Que si vieran el estado de los baños entenderían un poco más las razones de la violencia en el fútbol: citó el caso de un ministro británico que consiguió reducir los niveles de violencia respetando la dignidad del público y empezó por los baños de los estadios.

Entonces Horacio Pagani se enojó y defendió a sus colegas a los gritos con el argumento de que esa no es su misión. Y le retrucó a Chiche con una frase lapidaria:

-"¿Por qué ustedes, los periodistas de política, no arreglan, por ejemplo los problemas del Congreso Nacional?"

Chiche respondió que esa tampoco era su misión.

-"¿Te querés ir del programa?" le preguntó Chiche cuando Pagani confesó que sufría mucho con estas discusiones.

-"Tengo una familia que mantener" contestó Pagani.

Ahora digo yo: Los periodistas somos responsables de que se termine la violencia en el fútbol y de que se acabe la mediocridad y la corrupción en la política.

Los periodistas no somos testigos asépticos de la realidad. Somos parte del problema. Más: somos parte -y parte esencial- de la solución de los problemas. Los que solo son testigos no son periodistas sino informadores, comunicadores, data entries y algoritmos.

Es uno de los temas preferidos de esta casa desde que empezamos. Lo sostenemos para el que le guste y para el que no también. Por ejemplo, aquí o aquí.

7 comentarios:

Jorge Salum dijo...

Muy bueno el blog. Respecto a esta entrada, quería aclarar que el crimen de Roberto Camino no tiene que ver con el fútbol sino con bandas de narcos, tal como lo indican con cierta claridad los primeros pasos de la investigación. Pueden chequearlo en el diario donde trabajo: www.lacapital.com.ar Muchas gracias.

Pablo Cervantes dijo...

Yo soy de los que creen que no deberían ser los periodistas los que acaben con la violencia o la corrupción, sino el Estado.
Hace poco cuando levantó revuelo el tema de CQC (la cámara oculta que hicieron en telos llevando a un supuesto cura con un niño) muchos decían que, más allá de lo discutible de la metodología y de la invención de noticias, lo cierto es que el programa alertaba sobre la pasividad -e incluso la complicidad- de los testigos de aberraciones.
Mi punto de vista al respecto era que el periodismo debe estar detrás de la noticia, no en su origen. Es decir, el periodista tiene que reportar lo que sucedió, no lo que podría llegar a suceder. El orden lógico debería ser: el periodista hace su investigación, denuncia después el caso a la justicia, y recién cuando la justicia actúa se debe ocupar de reportar ese evento.
Ciertamente yo hablo desde un "deber ser", desde una idealidad. Sucede que el periodista no se limita a registrar información, sino a fabricarla, y a partir de ahí adquiere poder y empieza a operar a favor de este o aquel. Lamentablemente el periodismo es el "cuarto poder": mientras los otros tres son públicos (son nuestro poder), el periodismo es privado (es el poder de unos pocos).

Gonzalo Peltzer dijo...

Gracias Pablo, pero no estás hablando de periodistas cuando decís que fabrican la información. Esos son otra cosa. Te remito a cinco posts sobre El negocio del periodismo que publiqué en febrero del año pasado.

Jolu dijo...

Estimado Pabloí, debido a que uno es un efervescente seguidor del blog me permito discrepar en algunos de tus juicios.
El periodismo en tanto se sirve de información TIENE la obligación de luchar hasta verter sangre para erradicar la violencia y la corrupción que impera en la sociedad, se desprende de varios ensayos del Dr. José María Desantes. Y TIENE el derecho o facultad de accionar contra la violencia y corrupción por el consabido axioma que dice: “las palabras son acciones”.
El periodismo produce hechos y no es que debe estar detrás de la noticia; el periodista DEBE reportar pero también tiene que esclarecer e ir más allá; y eso del orden lógico o procedimiento para publicar una producción periodística es una gran “idealidad” (como vos lo cualificas) porque materialmente, en el mundo vigente y actual, eso NO ocurre.
Te tiro otro axioma: “la verdad del periodista es la verdad del artista”; acertás parcialmente cuando decís que el periodista fabrica, porque es un artesano de la realidad. Pero ojo, quien fabrica información es un mentiroso y no un periodista.
Y bueno finalmente, creo que deberías instruirte en Teoría del poder y quizá leer algo introductorio del preclaro y finado Bidart Campos; el poder en cuanto poder material es una unidad lógica y por tanto indivisible; lo que se separa o distribuye son las funciones del poder para evitar el abuso o exceso de quien lo ejerce.
No veo porqué debiera ser LAMENTABLE que el periodismo sea el cuarto poder si el periodismo es ciudadano y por ende también es tuyo. Quizá lo que no sea tuyo es la empresa de explotación periodística en tanto grupo de poder y factor de presión… Pero eso es otro tema, ja. Saludos humildes a GP y un abrazo Pabloí.

Gonzalo Peltzer dijo...

Pabloí es Pablito... Muchas gracias a todos.

Anónimo dijo...

Yo voy a apelar al desaparecido y maestro de periodistas Oscar Raúl Cardozo. "Los periodistas siempre somos funcionales al sistema porque, en el mejor de los casos, resolvemos en forma simbólica lo que habría que resolver en las calles. Por eso un periodista nunca puede estar satisfecho".

Seba

Gonzalo Peltzer dijo...

Danke Seba, sabias palabras del maestro Cardozo.