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domingo, 1 de octubre de 2023

Mario Tascón (1963-2023)

En diciembre de 1988 se nos ocurrió iniciar desde Pamplona un grupo de usuarios de Macintosh en prensa. Pero no fue en Pamplona sino en un hotel de Sevilla donde coincidimos Juan Antonio Giner y yo, que viajamos desde Pamplona, y algunos editores, todos invitados por la gente de Apple España. Ahora no recuerdo si estaba Mario en aquella reunión y si fue allí donde nos conocimos. Las Mac eran mágicas por el efecto WYSIWYG (what you see is what yo get) y estaban cambiando todo el proceso de preprensa en los periódicos, pero nadie sabía muy bien cómo funcionaba y para colmo tenían muchos problemas, generalmente como consecuencia de lo poco que sabíamos de esas máquinas. Al final, el Grupo de Usuarios de Macintosh en Prensa resultó más una reunión de autodefensa que una de intercambio de experiencias entre periódicos.

Mario era un chico de Ponferrada que manejaba como un mago aquellas Macintosh que eran unas cajas cerradas, a veces sin memoria, que habíamos empezado a desentrañar en la Facultad de Ciencias de la Información –como se llamaba entonces– de la Universidad de Navarra. Cómo llegó a Pamplona la primera vez, no me acuerdo. Solo que vivía de Ponferrada y hablaba como hablan los del Bierzo: muy seguido decía que algo era una virguería para decir que era genial. La segunda vez vino en su coche y lo dejó en Pamplona porque seguimos en otro con Juan Antonio Giner y no recuerdo si alguien más: íbamos a una reunión en Barcelona y no nos dimos cuenta de que era justo el 11 de septiembre de 1989: la Diada. Tardamos tanto en llegar por la carretera colapsada por el feriado que decidimos parar en un restaurante del camino, de esos que cruzan la autopista como un puente, y esperar a que se desagote, ya entrada la noche.

Yo trabajaba en la revista Nuestro Tiempo y en el área de Proyectos de la Facultad, donde fungía de Ayudante en las clases de Juan Antonio, pero pasaba gran parte del tiempo tratando de desentrañar aquellas Macintosh que nos deslumbraban. Leía y releía los manuales, cosa que poca gente hacía, para exprimirlas. Con el tiempo fuimos consiguiendo los modelos que siguieron a aquellas primeras PC, que se volvieron excepcionales para lo que fue la otra revolución que causaron el la prensa: la infografía. Junto con los primeros programas de diagramación como el PageMaker, apareció el MacDraw que permitía dibujar las noticias. La infografía es tan antigua como la prensa, pero la facilidad que daban las Mac fue lo que provocó esa revolución en la que Mario se convirtió en una de las figuras destacadas en la prensa española.

En la Facultad, con la ayuda inestimable de un grupo de alumnos, lanzamos los primeros seminarios de diseño de periódicos. Decía Juan Antonio que el diseño de periódicos era la llave para entrar en todo el periódico. Así se fundó el Capítulo Español de la Society of Newspaper Design. Además de los talleres de Pamplona se organizaba todos los años un viaje de diseñadores españoles a la convención anual de la SND en los Estados Unidos.

Cuando un grupo de periodistas liderado por Pedro J. Ramírez fundó el periódico El Mundo en Madrid, fue Juan Carlos Laviana quien nos pidió alguien para trabajar en la documentación gráfica de las noticias y allí se fue Mario desde su Ponferrada natal.

Nos seguimos viendo en distintas ocasiones. Junto con Tomás Ondarra, que entonces estaba el El Correo de Bilbao, Jaime Serra, en El Periódico de Barcelona, y Pablo Ramírez Bañares, en Marca y otros medios del Grupo Recoletos de Madrid, formábamos un grupo de curiosos del arte de dibujar las noticias, pero sobre todo del uso de las Macintosh para hacerlo. Con el tiempo, Jaime trabajaría doce años para el diario Clarín de Buenos Aires y Tomás creo que fueron cinco en La Nación, también de Buenos Aires, así que hubo una época que con ellos nos vimos un poco más. Pablo siguió en el Grupo Recoletos y luego por su cuenta, hasta que murió en junio de 2021 de un cáncer fulminante. Con él me veía todos los años en su casa de Madrid y también coincidimos varios años en Guayaquil, donde trabajamos para El Universo.

Fernando Rubio (ABC), Mario Tascón, Pablo Ramírez Bañares, Joan María Piqué (Universidad de Navarra), Tomás Ondarra y Carlos Mutto (AFP) en 1997.

Salvo alguna rara ausencia, todos coincidíamos, también con otros colegas/amigos, una vez al año en la convención anual de la SND en alguna ciudad de Estados Unidos. Allí llegamos a presentar ponencias, pero sobre todo a pasarlo bien con el circo de los españoles y algunos sudamericanos colados en la turma. El otro evento en el que coincidíamos casi todos era en los premios Malofiej de Infografía que se celebran todos los años en Pamplona desde 1993; el algunos casos fuimos jurados, en otros profesores del taller de infografía llamado Show Don't Tell, que nacieron de la inagotable capacidad de Juan Antonio Giner para inventar estas cosas.

La historia por ese lado puede ser larga, pero nos desviaríamos del propósito de estos recuerdos de Mario Tascón.

Tengo en la memoria dos episodios que involucran a Mario y su trabajo. Del primero no sé todavía si me arrepiento, porque puede parecer negativo, pero creo que, entonces debía honrar la verdad y ahora también. Fue en unos premios de los que yo era jurado y Mario había presentado un trabajo muy bueno sobre las corridas de toros. Era en parte ilustración y en parte infografía, pero no tenía nada de noticia: simplemente mostraba como en una enciclopedia la lidia y cada uno de los tercios, con siluetas de toreros y toros muy bien dibujados y explicados, pero yo estaba seguro de haber visto esos mismos dibujos y esas ilustraciones en un póster colgado en la vidriera de una tienda de Las Ventas, en Madrid, por la que había pasado días antes. Dije entonces en la jura que creía que ese trabajo era plagio, pero cuando Nigel Holmes me miró fijamente, como diciendo ¿estás seguro?, le quité el pie de encima. Creo que fue la razón por la que no le dimos el Best of the Show.

Mario Tascón, Carmen Riera y Gonzalo Peltzer en 2002 

La segunda anécdota que recuerdo bien ocurrió el 17 de marzo de 1992 en Buenos Aires. A las 14.45 de ese día explotó una potentísima bomba en la Embajada de Israel que mató a 22 personas e hirió a 242. Mario estaba trabajando esos días en el diario La Nación, como parte de la consultoría que realizaba Innovation (otro invento de Giner) en ese antiguo y clásico diario argentino. 
A esa hora Mario estaba en el sexto piso, donde quedaba el comedor del diario, entonces en la calle Bouchard entre Lavalle y Tucumán. Desde allí se oyó la explosión, como desde gran parte de Buenos Aires, pero sobre todo se vio la columna de humo negro y denso que subía desde el barrio de Retiro. Asomados a la ventana, varios periodistas más o menos veteranos aventuraban lo que habría pasado: eso no es una bomba, dijo alguno con cierta autoridad por sus coberturas policiales o de guerra, y dio argumentos. Otros se jugaron con otras posibilidades y volvieron a sus mesas, todos menos Mario que salió corriendo hacia la columna de humo para saber qué había pasado. Ya decía Miguel Urabayen que cuando la muchedumbre escapa despavorida de algo, siempre hay alguien que va a contracorriente; es el periodista que quiere saber por qué escapan.

La última vez que vi a Mario fue con ocasión de una de esas reuniones en Pamplona, en el año 2002, cuando yo andaba medio exiliado en esa ciudad, amparado por Toni Piqué y la Facultad. Mario estaba desayunando con su madre en el bar del Baluarte, el nuevo y modernísimo Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra al que yo había entrado para conocerlo y me los topé por casualidad. Me uní a desayunar con ellos y con María Moya, que llegó poco después.

Después vino el volcán, pero con eso no tuve nada que ver.

Mario murió el viernes pasado, día 29 de septiembre, en el Hospital Argerich de Buenos Aires. Había llegado el 25 gracias a Telecom, que lo traía para unas conferencias. Además pagaba su participación en la Asamblea General de ADEPA en San Juan, donde me habría gustado verlo, pero estaba en Posadas y había decidido no asistir antes de saber que vendría. Por un llamado de Tomás me enteré de su internación con un ACV grave. El mismo día de su muerte había participado por Zoom desde Buenos Aires en la Cumbre Global sobre Desinformación. No se sitió bien después de almorzar en un restaurante de Puerto Madero, de allí al hotel y del hotel al Hospital Argerich, desde donde ya no salió vivo. Su mujer, María Moya, y su hija Sofía, estaban viajando a Buenos Aires desde Madrid, donde se embarcaron apenas conocer la gravedad del cuadro.

La foto de abajo debe ser una de las últimas, si no la última, de Mario en plena presentación el 27 de septiembre en Buenos Aires. La subió él mismo a su cuenta de X.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Con la admiración que me merezco...

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas acaba de otorgar el Premio de Honor 2020 a las entidades periodísticas argentinas. Mañana se lo entregarán a ellos mismos. No hay mucho más que decir.

martes, 5 de mayo de 2020

El Pulitzer y las croquetas


Es una de las fotos ganadoras de la categoría Breaking News Photography de los Premios Pulitzer de este año. Manifestantes son detenidos por la policía durante una protesta en el distrito Admiralty, de Hong Kong, el 29 de septiembre de 2019. De la española Susana Vera (Reuters) que dice que las fotos son como las croquetas de la abuela.

martes, 11 de abril de 2017

Por fin premian a un fotógrafo free-lance


Daniel Berehulak ganó el premio Pulitzer de fotografía con su serie sobre la mano dura contra los narcotraficantes en Filipinas. La serie apareció como reportaje gráfico en el sitio del New York Times y se presentó como features y no como breaking news, pero fue cambiada de categoría por el jurado.

Berehulak es un fotógrafo free-lance (no trabaja para The New York Times) como son hoy la inmensa mayoría de los fotoperiodistas que hacen cola en el banco de los periódicos hasta que les llega el turno de salir a una cobertura, o salen a buscar la nota para venderla al medio o son contratados por el medio para encargarles coberturas especiales.

viernes, 19 de febrero de 2016

Hay que borrar Press de World Press Photo


Warren Richardson es un australiano cazador de fotos de esos que hay en todas las guerras y catástrofes. Tomó esta foto en la noche del 28 de agosto del año pasado en la frontera entre Hungría y Serbia (dos refugiados pasan un bebe por debajo del alambre de púas que trata de evitar el paso de refugiados entre los dos países). Intentó venderla a medios del mundo pero nadie la quiso. La foto no era buena, estaba reventada por la falta de luz y hay miles de fotos parecidas pero mucho mejores en calidad. Warren la subió a su muro de Facebook donde le dieron 29 me gusta. Aquí la historia tal como la cuenta El País de Madrid.

Después la mandó al concurso de la World Press Photo...

Entonces los teóricos de laboratorio de la WPP le dieron el Gran Premio a la mejor foto periodística del año 2015. Es decir que los editores de las agencias, los periódicos, las revistas... son estúpidos. La foto no es buena, para un periódico ni para una exposición, no me gusta, pero no discuto la elección porque quizá sea cuestión de gustos, lo que discuto es la condición periodística de esta y otras fotos que eligen los jurados de la World Press Photo para el premio mayor. Pero eso se solucionaría si borramos la palabra Press del premio.

Aquí puede ver todos los premiados en sus categorías.

viernes, 22 de agosto de 2014

La pegamos

Acaban de darle el premio a la mejor portada en el concurso de la SIP de diarios populares realizado en Buenos Aires. Eso. Que la pegamos o nos hicieron caso. Parabéns!

miércoles, 16 de abril de 2014

Ganar premios no garantiza nada


Lea esta nota publicada ayer en FiveThirtyEight sobre los Premios Pulitzer y la salud de los medios que los ganan. Me hace acordar al Washington Times, el diario de la secta Moon que en los 90 ganaba muchos premios de diseño en la entonces Society of Newspaper Design (SND) pero nadie leía. Como no tenía anuncios sus páginas eran geniales, con unas ilustraciones de gran nivel...

Ahora no sé si no ganan premios porque ya no publican esas magníficas páginas o porque ha cambiado el criterio de la actual Society for News DesignGracias MRA.

martes, 15 de abril de 2014

Las buenas fotos y los premios Pulitzer 2014

Premio Pulitzer 1942
Durante una huelga en una fábrica Ford los trabajadores apalean a un rompehuelgas. Publicada en 1941 en el Detroit News. Su autor es Milton Brooks.


Premio Pulitzer 2013
A Manu Brabo, Rodrigo Abd, Narciso Contreras, Khalil Hamra y Muhammed Muheisen, de Associated Press, por su cobertura de la Guerra Civil en Siria.


Decía un viejo profesor que solo había que mostrar buenas fotos para que los alumnos aprendan fotografía de prensa. Es lo que puede hacer en el sitio Comer, Amar, Viajar, que muestra todos los premios Pulitzer de fotografía, desde el primero en 1942 al último en 2013. Ayer se conocieron los de este año, que todavía no están subidas al sitio. Fue Tyler Hikcs, (The New York Times), con una serie de fotos de la toma de rehenes en el Westgate Mall de Nairobi.


Dos observaciones:

1. Los premios de fotografía periodística suelen otorgarse a las mejores fotos... tomadas en los acontecimientos más importantes del año. Es una de las razones por las que suelen ganar los reporteros que cubren esos hechos y los medios que tienen recursos, por eso se repiten.

2. Muchos premios se parecen porque también se repite el criterio de los contrastes en la elección de las mejores fotos.

lunes, 17 de febrero de 2014

Los mejores diseños volvieron al Norte


Son los cinco diarios mejor diseñados del mundo según la SND (Society for News Design) que acaba de fallar en Syracuse (NY). Bueno, ya sabe, son los mejores entre los que se presentaron al concurso... que los que seguro no ganan la lotería son los que no compran billetes.

viernes, 14 de febrero de 2014

World Press Photo 2013


Según la World Press Photo, esta es la mejor foto periodística de 2013, de John Stanmeyer, tomada para National Geographic Magazine. Son migrantes africanos buscando señal en sus teléfonos móviles en la ciudad de Yibuti, primera escala en su viaje hacia Europa y Medio Oriente desde las cercanas Somalía, Eritrea y Etiopía. Así la explicaba Stanmeyer a The New York Times, que también apunta que por fin el Gran Premio de la WPP no se entrega a foto candente:
We migrate looking for a better life, but we always need to connect home. I could be any one of those people trying to reach my family. I’m on the road 250 days a year.
Emiliano Lasalvia, de La Nación de Buenos Aires, ganó el primer premio en la categoría Deportes en acción (single), con esta foto de la rodada de Pablo Mac Donough tomada en el último abierto de polo de Palermo:


lunes, 15 de abril de 2013

Siempre se premia la misma foto

Son las fotos ganadoras de la categoría Breaking News en los premios Pulitzer 2013. El premio fue para el staff de Associated Press que cubre la guerra civil en Siria: Rodrigo Abd, Manu Brabo, Narciso Contreras, Khalil Hamra y Muhammed Muheisen (Abd es argentino y Brabo español) Gracias MRA.


Ponga chicos en las fotos de guerra y ganará premios. Es el contraste lo que funciona siempre bien, como un chico jugando a la guerra en la guerra.

CONTRASTE

Mis antiguos alumnos de diseño lo saben hace... Mire, si no, los premios de otros años:

sábado, 23 de febrero de 2013

¿Ilustración o infografía?


Excelente, pero no tengo dudas de que es una ilustración y no una infografía. El problema es que lo presentan en los Premios Malofiej de Infografía, el comité de recepción no lo filtra, hay que juzgarlo y hasta puede ganar un premio... Pero es como ganar un premio de poesía con una novela estupenda.

viernes, 15 de febrero de 2013

Otra vez el drama ajeno gana en World Press Photo


Hoy se conocieron los premios del concurso World Press Photo correspondiente a 2012. El ganador es el sueco Paul Hansen con esta foto de Gaza. Alguien debería decirles que ya estamos hartos de los premios a suecos que toman fotos de palestinos.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Vamos para atrás

No es la primera vez que en este blog nos hacemos cargo de la máquina del tiempo. Viajamos a la época del emperador Claudio y los reyes Luis XIV y Luis XV de Francia. También en alguna ocasión pasamos por la época de Carlos III de España...

Confieso ahora que me inquietaron dos columnas en Clarín de hoy. La primera es de Jorge Lanata y se refiere a Rafael Correa como modelo para Cristina Fernández de Kirchner. Tiene la excelente anécdota de Osvaldo Soriano sobre los premios y Le Canard Enchaîné:
“¿Y sabés qué pasa cuando a uno de sus periodistas lo premian?” , me decía Osvaldo mientras mascaba un cigarro pulverizado y apagado en la boca, tratando de dejar de fumar. 
–¿Qué? 
–Lo rajan. 
–¿Pero si el tipo no se presentó al premio y lo recibió igual, por mérito? 
–Lo echan de todos modos. Ellos dicen que nadie se merece un premio.Y –ya que toda anécdota que se precie tiene que tener un caso paradigmático– contaba el caso de un ex jefe de redacción del Canard que había sido despedido luego de recibir el premio más importante del periodismo francés. 
–¡No! 
–Te lo juro, decía Osvaldo, divertido.
La segunda es de Miguel Wiñazki y supone una embestida continental y organizada contra la libertad de expresión, basada en un nominalismo orweliano: existe lo que se dice, no lo que se hace. Es una explicación bastante cabal de la necesidad de mangonear el relato en las nuevas autocracias que llegan con votos al poder. Nada nuevo: nacional socialismo en el siglo XXI.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Este muerto está muy vivo, queridos talibanes

Los medios digitales con denominación de origen predigital, la mayoría con base papelera, se llevaron 18 de los 31 premios concedidos este año en el congreso de la Online News Association. Esto es, el 60% de los galardones. Es la misma proporción que registraba la lista de finalistas de estos premios, los Óscars del periodismo digital, perdón por el topicazo.

Un insensato o un apresurado ya estaría levantando bandera de Lo Viejo, permítame la simplificación. Diría: tanto digital y tanta cosa y al final siempre estamos los mismos de siempre: The New York Times, The Guardian, CNN, NPR… Qué error sería adoptar esa actitud. Primero porque las marcas tradicionales (los Grandes Saurios, los Legacy Media, you name it) han contratado talento digital a diestro y siniestro fuera de sus redacciones. No tienen tanto de qué enorgullecerse. Segundo era inevitable que el mejor periodismo "digital" lo desarrollaran las mejores marcas tradicionales de noticias. No por "digital" sino por "periodismo". Es más, algunos digitales puros –como alguno de los premiados, p.e. Slate– despegaron periodísticamente después de que contrataran a profesionales De Toda La Vida. Es más (2), muchos digitales puros premiados tienen orígenes papeleros, como ProPublica. Lo mismo ocurre con otros que no se presentaron a esos premios, como Politico.com. Bien.

El caso es que cada año que pasa, la ONA premia más el periodismo que las plataformas o la tecnología o las lucecitas de colores. Repase las listas. Esa organización sigue el mismo camino que la Society For News Design (SND) en los 80. Tras la fiebre del diseño por el diseño o diseñito, llegaron los periodistas, que lo definieron como el primer contenido que percibe el lector y no una capa estética que se superpone a la información. Hoy la tecnología es el nuevo diseño y nos la pasamos en los congresos hablando de aplicaciones, de apis, del todo gratis, de la necesidad ineludible de que los periodistas sepan programar, etcétera. Igualito que en la SND hasta principios de los años 90: los periodistas debían dominar la tipografía, la arquitectura de página, la paleta de colores, el tracking, el filete puntillado, el Illustrator, el Quark y el FreeHand, etcétera.

Todo esto produce en uno un inmenso cansancio. Ya muchos dimos la batalla del periodismo en la SND y habrá quien la dé en la ONA, que es la nueva SND (consejo: apúntese ya). Para mí el precio de aquella lucha fue muy alto: todavía muchos creen que soy diseñador —es broma. La verdad es que SND era la organización de periodistas más cool y más todo que había. Es muy probable que la ONA le tome el relevo si no lo ha hecho ya. O quizá la SND se incorpore a aquélla como sección papelera. O algo.

El caso es que en las categorías que definen el periodismo (noticias, reportajes), los ganadores han sido las marcas de siempre. Excepto en la categoría de medios pequeños, donde, con la honrosa excepción de la NPR, se han llevado el gato al agua los digitales puros, algunos casi experimentales. El futuro de las grandes marcas está asegurado: podrán contratar a aquellos que destacan en medios más pequeños y adueñarse de su know-how. Pero lo más importante es que, sobre todo, está asegurado el futuro del periodismo.

En fin, que habrá que dejar para otro rato La Muerte de los Diarios (fíjese que no digo del papel), de los periodistas y de las redacciones. Aunque sea casi irrelevante, es un consuelo no pequeño que esa lista de premios no sea el certificado de defunción de Todo Eso ni avale las profecías y fatwas que prensáfobos y talibanes 3.0 vienen profiriendo desde hace una década.

Una nota más. El premio a la excelencia para medios no anglófonos se lo ha llevado Rue89 (Francia), que competía con Il Tirreno (Italia) y 20minutos.es (España). Esta decisión le parece a uno una falta de juicio monumental y no porque tenga muchos amigas y amigos en 20minutos. Haga la prueba: navegue diez minutos en cada sitio. Que esa web italiana llegue a la final es una desproporción colosal. Sobre el digital francés, repase por favor a la entrada que publicamos en Esta Casa. No juzgo al jurado. Sé por experiencia que es una tarea complicada (vea esto y esto). Que muchos buenos digitales latinoamericanos, europeos, africanos o asiáticos no se presentaron. No sé. Pero 20minutos.es lleva varias vueltas de ventaja a sus contrincantes. En fin. En la SND ocurría lo mismo y se resolvió. Son gajes de la cosa.

E insisto: hágase de la ONA. Ahora.

lunes, 28 de mayo de 2012

Il sangue non é acqua

Anoche se entregaron los premios Martín Fierro (un gaucho con pinta de Oscar) que todos los años otorga APTRA, la Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía de la Argentina. Les paso el agradecimientos de Reynaldo Sietecase, ganador del premio a la mejor labor periodística masculina en radio. Sin nombrarlos se refiere a Jorge Lanata (a quien llama fiscal de la patria), el Grupo Clarín y este episodio sobre las preguntas al poder.



Jorge Lanata no tardó mucho en contestar. Y lo hizo con su contundencia habitual este mediodía de Buenos Aires en su programa de Radio Mitre. Mientras busco la grabación, les paso este enlace de La Nación donde pueden oir esa parte de Lanata sin filtro de hoy. 

Son dos estilos, uno elíptico y otro directo; uno con rabo de paja y otro sin eufemismos. Y qué quiere que le diga: me quedo con el de Lanata, que ha demostrado que es capaz de preguntar lo que sea donde sea, aun a costa de su patrimonio o de su salud.

lunes, 16 de abril de 2012

Premios Pulitzer 2012


Les paso la foto de Massoud Hossaini, de AFP, ganadora del Premio Pulitzer que se acaba de anunciar for his heartbreaking image of a girl crying in fear after a suicide bomber’s attack at a crowded shrine in Kabul.

Pueden ver aquí el resto de los premios de este año. Abajo, una de las fotos del premio al mejor reportaje fotográfico: Bienvenido a casa. La historia del veterano de Irak Scott Ostrom.

In today's community of Iraq and Afghanistan war veterans, one in five suffer from post traumatic stress disorder (PTSD) or major depression. Brian Scott Ostrom is one of them. After serving four years as a reconnaissance marine and deploying twice to Iraq, Scott, now 27, returned home to the U.S. with a severe case of PTSD. "The most important part of my life already happened. The most devastating. The chance to come home in a box. Nothing is ever going to compare to what I've done, so I'm struggling to be at peace with that," Scott said. He attributes his PTSD to his second deployment to Iraq, where he served seven months in Fallujah with the 2nd Reconnaissance Battalion. "It was the most brutal time of my life," he said. "I didn't realize it because I was living it. It was a part of me." Since his discharge, Scott has struggled with daily life, from finding and keeping employment to maintaining healthy relationships. But most of all, he's struggled to overcome his brutal and haunting memories of Iraq. Nearly five years later, Scott remains conflicted by the war. Though he is proud of his service and cares greatly for his fellow Marines, he still carries guilt for things he did and didn't do fighting a war he no longer believes in.

martes, 27 de marzo de 2012

Los 20 Malofiej y el futuro de la infografía


Terminó la intensísima semana de los Premios Malofiej de Infografía, edición número 20, que me tuvo como jurado en Pamplona y luego en Madrid entre el sábado 17 y ahora mismo, que acabo de llegar a Buenos Aires. Esto es un comentario sobre los premios, sobre el estado actual de la infografía y su futuro. Pueden encontrar excelentes comentarios en blogs de otros jurados como Bryan Christie, Sheila Pontis o Andy Kirk y hasta algunas presentaciones como la de Moritz Stefaner, Mario Tascón y el mismo Andy Kirk (prometo agregar las otras que encuentre).

1. Los premios. En la página de los Malofiej20 están los ganadores. No los juzgo porque ya lo hizo un cuerpo colegiado que los eligió a pesar de sus diferencias y luego de largas discusiones. Pero quiero decir cinco cosas con el único ánimo de mejorar los premios y su servicio a la infografía:

a. Los premios Malofiej se otorgan a los mejores infográficos del mundo… que se presentaron a los premios Malofiej. Ocurre con casi todos los premios que conozco. No hay otro modo de premiar a nada ni a nadie si no hay postulaciones propias o ajenas o si no se envían los trabajos para su consideración. Y ya se sabe el principio elemental de la lotería: el que seguro no la gana es el que no compra billete.

Hay muy buenos trabajos que no ganan premios porque no se presentan. Es una lástima. Algunos aducen que no tienen dinero o tiempo para prepararlos y me consta que es una tarea bastante pesada y que hay que contar con un dinerillo extra. Para colmo muchas empresas no apoyan a sus empleados para hacerlo, por lo que a veces tienen que solventar con su propio billete los entries que, de ganar, darán lustre al periódico que no los apoyó. Ayer mismo estuve viendo un trabajo interactivo para smartphones y tabletas, que merece oro como un castillo, cuyo autor no lo piensa enviar a pesar de trabajar para un medio de primer orden mundial.

b. Los premios son proporcionales a los jurados. Si hay mayoría de anglosajones es más fácil que se premie a los anglosajones. Esto es natural: aunque la sede sea la Universidad de Navarra, en España, los premios se juran en inglés y cualquier jurado que no sea angloparlante debe saber inglés suficiente para no quedar afuera de las discusiones. No ocurre lo mismo al revés: para un inglés, alemán, norteamericano, austríaco o noruego, el castellano o el portugués son idiomas tan intrincados como para nosotros el árabe o el ruso. Es una realidad, no un juicio y no quiere decir que los gráficos premiados no sean los mejores. Lo que quiero decir es que es muy difícil que pasen los dos cortes clasificatorios muy buenos gráficos de periódicos latinoamericanos, portugueses, españoles, italianos, franceses, alemanes, chinos, rusos o de países árabes.

¿Cómo se contrarresta esta tendencia? Con tamaño, sobre todo y primero que nada. Caballo grande aunque no ande dicen que decía ahora no me acuerdo quién del grupo Recoletos. Y con cantidad: The New York Times, el diario Al Bayan de Dubai (EAU) o la revista InGraphics de Alemania envían los mismos entries para todas las categorías donde las pueden colar. Creo que esto no debería permitirse; pero mientras se permita, en alguna categoría consiguen pasar los cortes y en la discusión pueden ganar. Esto supone dinero, que es un gasto a veces elevado para el candidato y sobre todo un recurso muy necesario para la organización de los premios...


c. El sistema de votaciones no permite discutir ni hacer lobby por un entry hasta después de ese segundo corte. Primero se vota para descartar trabajos y basta con la mitad de los votos del jurado para hacerlo. Luego se vota al revés, sobre los candidatos que quedaron (el 25 % más o menos): los votos de la mitad de los jurados les permite quedarse para la discusión final, que sí se hace de viva voz y se vota a mano alzada. En las dos primeras votaciones se caen trabajos magníficos, que quizá merecían premios mejores de los que al final se otorgan. En el momento de la discusión solo se puede convencer a los otros jueces sobre las virtudes o defectos del gráfico en cuestión: pero entonces los que cayeron en los dos descartes ya no existen.

d. Por las reglas de los premios Malofiej, cuando uno de los jurados está vinculado a un entry debe abstenerse de votar. Entonces se reduce el número de votos necesarios para pasar los cortes o ganar las medallas de oro, plata o bronce. Esto le da una ventaja a los medios representados en el jurado, ya que necesitan menos votos para conseguir premios. No solo eso: creo que si un compañero de jurado, con el que estás conviviendo toda una semana, debe ausentarse para una votación, influye decisivamente a favor de su trabajo en esa votación.

e. La infografía (ya saben que no me gusta esa palabra) se trata de periodismo visual. Es un lenguaje periodístico (no un género) tan antiguo como los periódicos, que se disparó en la prensa a partir de los primeros Macintosh. Los Malofiej son a la infografía lo que la World Press Photo es al fotoperiodismo. Lo que hacemos en los periódicos hace casi 200 años es lo mismo que hacemos ahora: ensamblar en las páginas textos, fotos y dibujos (los dibujos en prensa son anteriores a las fotografías). Solo que hace por lo menos 25 años la herramienta es la misma para los tres lenguajes.

Resulta que a los premios llegan cantidad de entries que no tienen nada que ver con las noticias ni con el periodismo, aunque estén en periódicos. Es el caso de unos cuantos gráficos de uno los grandes infografistas de hoy, Luis Chumpitaz, o de muchos de la National Geographic Magazine, que tiene a otro de los grandes, Juan Velasco, o de la revista alemana InGraphics, dedicada a los infográficos y no a las noticias. Todos excelentes trabajos, pero de periodismo poco o nada. No se debería premiar el Descubrimiento de América, Como murió Jesús o una magnífica serie sobre los Trabajos de Hércules, sencillamente porque no es periodismo.

Resultaría muy interesante establecer por lo menos un par de grandes categorías noticiosas universales para unos premios importantes: acontecimientos sobre los que casi todos informan en el mundo: la boda del príncipe Guillermo (un acontecimiento previsto) o el tsunami de Japón (no previsto). Para el año que viene una categoría cantada puede ser un gráfico específico sobre los juegos olímpicos de Londres.

2. La infografía de hoy no es la de antes y esto es una lástima. Jaime Serra recibió en la cena final, la del viernes, el premio al gráfico más influyente de estos 20 años –La ballena franca (arriba)– y se llevó también el diploma al dibujante de prensa más influyente en estos cuatro lustros. Ese trabajo y otros por el estilo se publicaron en las dobles centrales de Viva, la revista dominical del diario Clarín. Conozco la historia de la ballena y sé que ese gráfico tenían una razón periodística evidente, pero si no la tuviera no cambia lo que quiero decir: Jaime impuso un estilo que ya parece no interesar a nadie. Hoy día los gráficos que gustan –o por lo menos gustaron a la mayoría de los jurados– son expresiones visuales de datos: globos, barras, líneas, relaciones, comparaciones, muñecos, puntos y más puntos. Nada de edificios cortados para mostrar su interior, barcos con cubiertas transparentes, acontecimientos paso a paso, dibujos frescos que muestran cómo ocurrió lo que ocurrió… Una desgracia, provocada de nuevo por las tecnologías, como cuando empezamos con esto, que parecía que los únicos gráficos que existían eran los confeccionados en Macintosh (me pasó en un jurado de la SND en Syracuse hace muchos años, que desechaban los que no estaban hechos en computadoras).

Jaime Serra y todos los grandes de aquella época (los que hicieron grande la infografía, hasta el año 2000 más o menos) contaban historias con gráficos. No seguían el paradigma falso del show don’t tell sino el verdadero del tell it visually (gracias MRA por la idea). Esos gráficos, que todavía aparecen tímidamente en algunos entries, no tuvieron gran éxito en la competencia de este año y muchos ni los envían porque saben que pierden el tiempo. Y sin embargo todos creemos que son los mejores. Una lástima porque los Malofiej muestran el camino y provocarán cada vez más show don’t tell y menos tell it visually.

3. El futuro de la infografía. Ya dije que show don’t tell es solo una frase bonita que no dice nada. Vale tanto para un lado como para el otro: tell don’t show. Lo que hacemos los periodistas es contar historias, por lo que pedirnos don’t tell es por lo menos un mal consejo. Lo que deben hacer los periodistas visuales es contar historias visualmente y no comparar datos visualmente con cuadros, tartas, globos o barras. Peor todavía cuando ni siquiera los comparamos y publicamos a página completa la cara de un inocente hecha con puntitos que representan la cantidad de días que pasó en la cárcel (es un bronce de esta edición, lo siento, no cumplí mi promesa...).

La infografía debe apartarse del paradigma del show don’t tell y volver a contar historias con dibujos, fotos y textos que es lo que hace un periódico. La infografía es todo lo que hace un periódico: periodismo visual. Siempre que haya una página, en papel, en la pantalla de un ordenador, en una tableta o en un smartphone, hacemos lo mismo (solo se agrega el movimiento en los medios digitales).


Creo que hay que buscar el futuro de la infografía en la columna diaria Ver entre líneas de Público de Madrid, que recibió un premio post mortem; en la de Il Corriere Della Sera (Orizzonti Nuovi Linguaggi que aporta la agencia Density Design); en la columna Jaime Serra de algunos domingos en La Vanguardia de Barcelona (arriba) o en la columna visual de la página 2 de los sábados en La Nación de Buenos Aires (abajo; clic > amplía). Ellos están –o estaban- contando historias de otro modo, visualmente, con ganas de innovar, con fuerza y con emoción. Son mensajes de verdad, editoriales, fuertes, conmovedores: nada más que periodismo.

martes, 17 de enero de 2012

Premios pufescos

A la edición 29ª del Premio de Periodismo Rey de España se han presentado 176 trabajos, lo que da un promedio de... 30 por categoría si contamos las seis que lo integran.

Según las bases,
pueden aspirar a estos premios –a título personal– periodistas de los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, Israel, Marruecos, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela
Las posesiones de Felipe II después del Alcazarquivir. Y casi uno por país en cada categoría...
También se podrán presentar candidaturas a estos premios por las asociaciones profesionales de periodistas, cualquier institución, periodistas que hayan sido galardonados en anteriores ediciones, así como las Oficinas Técnicas de Cooperación de la AECID y los delegados de la Agencia EFE en los países arriba mencionados.
Al no declararse desierto ninguno de los premios, este año cada participante tuvo una posibilidad en 30 de llevarse de 6.000 a 18.000 euros. La cuenta da lindo si dividimos los 48.000 euros de los premios entre los 176 candidatos = 272,72 euros por cabeza.

Eso explica el premio a la foto de Wilton de Sousa. Y que esta columna de Ricardo Cantalapiedra en El País de Madrid se llevara el premio Don Quijote al trabajo mejor escrito. Léalo y dígame si merece 9.000 euros y una estatua del Ingenioso Hidalgo por su "ritmo, gracia, soltura y espíritu nihilista" que destacó el jurado (gracias Javier): cero periodismo en un premio de periodismo. Y sin ir más lejos, el premio a la categoría Periodismo Digital que ganó Clarín.com, está en un sitio de internet, pero relata un hecho que ocurrió hace... 25 años.

Lo que serán los otros... no podemos saberlo, pero en descargo del jurado hay que decir que quizá esos premios se dieron a los mejores... de los pocos que se presentaron. Eso pasa cuando los premios se devalúan por pufos. Para más abundancia puede leer el tag premios en Paper Papers.

Si las probabilidades son tantas, el año que viene presento este post, a ver si me toca...

domingo, 15 de enero de 2012

Un premio de broma


No se puede creer que el jurado de los Premios de Periodismo Rey de España haya premiado esta foto [^] de Wilton de Sousa Junior de O Estado de S. PauloEs muy graciosa, pero nada más y es casi una plaga que se consigue cuando un presidente –o el funcionario que sea– se inclina ante la bandera al pasar revista a las tropas que le rinden honores (parece esas fotos con aureola de santo de las que tanto nos reímos en Esta Casa). Miren, si no, la foto de Reuters de junio de 2011, con CFK en la misma posición, también en Brasil (estoy buscando al fotógrafo):


La foto de Dilma Rousseff fue tomada durante la ceremonia de entrega de espadines a los cadetes de la Academia Militar das Agulhas Negras en Resende, estado de Río de Janeiro y fue publicada en la edición del 21 de agosto de 2011 (aquí en el sitio de O Estado).

Argumentan que en esos días había renunciado el séptimo ministro del gabinete por un caso de corrupción y que la presidenta no estaba pasando un buen momento. Así que hay que explicar la foto, como pasa con los chistes malos. Y ojo, eso no quiere decir que no deban publicarse las fotos con el ancla semántica textual que les da contexto y aplaca la polisemia de lo visual, pero es que aquí el sentido es una payasada del fotógrafo y del diario, como para la página de chistes o hasta como viñeta editorial. Pero de fotonoticia, nada. ¿Es que no ocurrió nada en España, Marruecos, Israel, Guinea Ecuatorial, Filipinas y toda América en doce meses? ¿O es que muy pocos fotógrafos mandan sus trabajos y esta es la que quedó por descarte? ¿No se puede declarar desierta una categoría del premio? Wilton de Sousa debe ser el primer sorprendido... y conste que no estoy juzgando su trabajo ni el de ninguno de los premiados.

Este año no hubo fotógrafos entre los jueces de los premios Rey de España, pero tampoco hubo casi periodistas (burócratas sí que hubo). Lo presidieron, por los organizadores, Gonzalo Vega, director de Gabinete de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y Álex Grijelmo, presidente de la Agencia Efe. Y lo integraron, además, César Medina Abreu, embajador dominicano en España (parece que fue periodista); Yolanda Vaccaro, corresponsal en Madrid de El Comercio de Lima; Pedro Crespo de Lara, fundador y ex secretario general ejecutivo de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE); Gabriela Cañas, editorialista del diario El País de Madrid y Ana Vaca de Osma, directora de Comunicación y Relaciones Externas de la Agencia Efe. Aquí abajo están deliberando: