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domingo, 9 de diciembre de 2012
Sin justicia independiente tampoco hay prensa libre
Matías Longoni y Luis Majul fueron demandados el miércoles pasado por Ricardo Echegaray, el Director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP = Hacienda). La demanda pide un millón de pesos mas 377.167 por intereses (en total unos USD 200.000). Longoni es un periodista de Clarín, especialista en temas agropecuarios, y Majul, más conocido, tiene programas en radio y televisión, columnas en prensa gráfica y ha escrito varios libros sobre temas actuales. Tienen toda nuestra solidaridad.
Es curioso que Echegaray no haya demandado también a Clarín, o a Planeta, la editorial que publicó Fuera de control, el libro de Longoni sobre Echegaray. ADEPA dijo lo que tenía que decir y se apuró más que en el caso casi igual de la demanda de Clarín contra periodistas afines al poder). Ojalá sea una señal de que va teniendo buenos reflejos.
La judicialización de la labor periodística es una desgracia. Estamos todos de acuerdo. Y si hay delitos, primero se los debe probar, pero en la justicia penal.
Con estas demandas el poder político ni desmiente ni busca justicia. Solo quiere amedrentar a los periodistas y a las empresas de medios. La prueba está en la cifra: saben que Longoni no tiene ni por asomo ese dinero (tampoco Emilio Palacio, Juan Carlos Calderón o Christian Zurita tenían lo que pidió Rafael Correa por su honor mancillado) y sin embargo los demandan por esas cantidades impagables para demostrar que tienen poder de sobra para quebrarlos cuando se les dé la real gana.
Al final todo queda en manos de los jueces: en muchos países de nuestra América y en muchas provincias de la Argentina esas demandas prosperan solo porque la inició un funcionario del gobierno.
Las cuentas de Twitter de Matías Longoni @matiaslongoni y Luis Majul @majulluis.
miércoles, 25 de julio de 2012
Ministerio del Relato
Lean Ecuador se fue a la guerra, un completo y desapasionado reportaje de Boris Muñoz sobre la historia reciente de la prensa y el poder en el Ecuador. Apareció en la revista Gatopardo (edición colombiana). Advierto que no se publicó en la edición ecuatoriana, pero es entendible porque para ellos no hay ninguna novedad. La historia empieza antes del episodio en el que el presidente Rafael Correa mandó a la casa de la verga a Carlos Jijón y Emilio Palacio (foto de arriba) y termina en una sabatina del mes pasado.
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miércoles, 29 de febrero de 2012
Por qué Rafael Correa perdonó a El Universo
He seguido muy de cerca –aunque no tanto como me hubiera gustado– los últimos episodios de la arremetida del presidente del Ecuador, Rafael Correa, contra los medios independientes y los periodistas de ese país. Dada la amistad que me une a los propietarios de la C.A. El Universo he preferido no escribir nada hasta ahora. Lo hago a vuelapluma y en este texto, que seguiré editando en los próximos días. Sin ponernos de acuerdo lo ha hecho TP, con la perspectiva y la distancia que merece el tema.
Hoy no tengo ninguna duda sobre la naturaleza del perdón –la remisión– del presidente del Ecuador a Emilio Palacio, exeditorialista de El Universo y autor de la columna que enfureció a Correa, y a sus propietarios a quienes persiguió por coadyuvar a la comisión del delito de desacato (o injurias, como quieran llamarlo). Los cuatro fueron condenados a tres años de prisión más una indemnización de 30 millones de dólares. También y solidariamente persiguió a la Compañía Anónima El Universo, a la que condenó a pagar una indemnización de diez millones de dólares. En total 40 millones, que iban a parar al bolsillo del ciudadano Rafael Correa (lo que hiciera después Correa con ese dinero es un acto de disposición de sus propios bienes y además no pagaría impuestos por esa cifra).
Correa desistió de su acción cuando ya estaba firme la sentencia, tal como salió del juez que falló en primera instancia y que redujo la indemnización de 80 a 40 millones. Esa sentencia se redactó en la computadora/el ordenador de Gutemberg Vera, abogado, junto con su hijo Alembert, de Rafael Correa. El mismo Gutemberg ofreció dinero –está grabada la conversación– a la jueza encargada de presentarla, Mónica Encalada, que debió exilarse a Colombia luego de confesar el intento de coima por parte de Vera.
La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), que tiene jurisdicción en todos los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA), decretó medidas cautelares en favor de Emilio Palacio y de Carlos, César y Nicolás Pérez el 21 de febrero, seis días después de quedar firme la sentencia en la noche del miércoles 15 de febrero. Esa misma noche, Carlos Pérez Barriga, director del diario, se había asilado en la embajada de Panamá en Quito donde todavía está. Los otros dos hermanos estaban ya en los Estados Unidos, preparando la apelación ante la CIDH para provocar las medidas cautelares urgentes que permitiera continuar el trabajo del diario y mantenerlos a ellos con libertad de movimientos. El gobierno dijo que esa medida era imposible de aplicar por improcedente.
Sabedor de que la CIDH protegería la libertad de expresión en el Ecuador, Rafael Correa promueve hace tiempo una reforma en la OEA que separe a los Estados Unidos de esta organización continental y reduzca el poder de la relatoría para los derechos humanos de la OEA. Es apoyado en esa pretensión por Hugo Chávez y Daniel Ortega.
Pero la presión externa fue generalizada. Correa está casi solo contra El Universo y sus propietarios y contra el resto de los periodistas del Ecuador (también perdonó el lunes a Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, condenados por escribir el libro El Gran Hermano sobre los negocios de Fabricio Correa con el estado). En enero recibió la visita de Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, y no ha parado de alabar al régimen de Gadafi –hasta que cayó, claro.
Nadie, ni la propia tropa de Rafael Correa, cree en la justicia de los procesos que se siguieron contra El Universo, Emilio Palacio, los hermanos Pérez, Calderón y Zurita. Todos conocen la Justicia del Ecuador y su facilidad para amoldarse a los deseos de los poderosos. Saben que las sentencias se amañan con dinero (esto no ocurre solo en el Ecuador, pero resulta que ahora estoy hablando del Ecuador).
Durante todo el proceso, los hermanos Pérez han aguantado sin chistar y han contestado con periodismo los embates del poder político y las insultaderas del presidente Correa. Esos insultos son suficientes para querellarlo por cien millones de dólares si se tiene en cuenta que los 40 millones se concedieron a Correa como simple ciudadano. No hubo ni hay ninguna moneda de cambio por el perdón del presidente. En la portada de su edición de ayer, El Universo explica que seguirá como todos los días. Me consta que sus dueños estaban dispuestos a perder la empresa si era necesario. La libertad no es negociable en nuestra América y se gana poniendo en riesgo la misma vida.
Correa hubiera querido que los hermanos Pérez claudicaran. Los puso ante la disyuntiva de aparecer como culpables al irse del país para proteger la misma libertad que necesitaban para seguir luchando o caer presos a pesar de su inocencia, con todo lo que eso significa en las cárceles de nuestra América. Pero quedó finalmente desarmado por la valentía de los Pérez, la que solo tienen los inocentes de verdad. Correa perdió la batalla –desigual como pocas– contra la sangre y el fuego de los periodistas.
Hoy Correa sabe que se equivocó y que el costo de cerrar el asunto lo ha puesto en una situación de debilidad que nunca quiso demostrar. Necesita recuperar poder y no lo hará persiguiendo a la prensa como hasta ahora. No mientras el costo político sea tan alto y no consiga deshacerse de la CIDH. Además, aunque los jueces hayan archivado la causa, los periodistas perseguidos tienen todo el derecho a seguir el proceso que ya iniciaron ante la CIDH y resarcirse por el daño fenomenal que el presidente Correa les ha causado.
miércoles, 22 de febrero de 2012
Correa: después de El Universo… ¡más allá!
@Correistas era lo que faltaba. Han arrancado una campaña denominada "Ya basta de tanto ataque al Ecuador", detrás de la cual están… funcionarios públicos. Uno de los comandantes de la cosa es el Secretario de la Administración Pública, Vinicio Alvarado. "No podemos permitir que los intereses de cierta prensa deterioren a nivel mundial la imagen del Ecuador", dijo el hombre. Bravo.
Podrían empezar por quitarse la manía persecutoria contra la prensa libre, que es una de las principales causas de ese deterioro de la imagen de Correa y su gobierno, que no del Ecuador. De paso, les saldría más a cuenta dejar de confundir al país y a su presidente.
Por si se había perdido algo, los diarios de la Asociación Colombiana de Editores (Andidiarios) reproducirán mañana el artículo ‘No a las mentiras’, de Emilio Palacio, publicado en el diario El Universo de Guayaquil el 6 de febrero de 2011, por el cual fueron sentenciados a prisión el columnista y los tres propietarios del periódico. Es una iniciativa de Roberto Pombo, director del diario El Tiempo,;ante lo que consideran “un intento de silenciar a la prensa”. Andidiarios ha propuesto a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y a la Asociación Mundial de Diarios que otros medios se sumen a esta iniciativa.
Podrían empezar por quitarse la manía persecutoria contra la prensa libre, que es una de las principales causas de ese deterioro de la imagen de Correa y su gobierno, que no del Ecuador. De paso, les saldría más a cuenta dejar de confundir al país y a su presidente.
Por si se había perdido algo, los diarios de la Asociación Colombiana de Editores (Andidiarios) reproducirán mañana el artículo ‘No a las mentiras’, de Emilio Palacio, publicado en el diario El Universo de Guayaquil el 6 de febrero de 2011, por el cual fueron sentenciados a prisión el columnista y los tres propietarios del periódico. Es una iniciativa de Roberto Pombo, director del diario El Tiempo,;ante lo que consideran “un intento de silenciar a la prensa”. Andidiarios ha propuesto a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y a la Asociación Mundial de Diarios que otros medios se sumen a esta iniciativa.
martes, 17 de enero de 2012
¿En qué quedamos Rafael Correa?
Quizá mañana tenga lugar la audiencia en la Corte Nacional de Justicia de Quito, que tiene que decidir sobre la validez o nulidad de la sentencia de primera instancia, confirmada por la segunda, que condena a tres años de prisión y 40 millones de dólares a Emilio Palacio, a los tres hermanos propietarios del periódico y a la Compañía Anónima El Universo, por el contenido de una columna de Emilio Palacio publicada en la página de opinión de la edición del 6 de febrero del año pasado.
En caso de confirmarse la sentencia y de que el señor Correa no desista y otorgue un perdón final, los hermanos Pérez deberán afrontar esa prisión y pagar esa indemnización al Presidente del Ecuador. Después apelarán a las instancias internacionales, que les darán la justicia que su país les niega. Pero no recuperarán el tiempo ni esta y otras humillaciones a las que los viene sometiendo Correa desde hace mucho tiempo.
Agrego, además, que el mismo Correa quiere que los juzgue esta Corte a la que ha denunciado muchas veces por corrupta, tanto que activó los mecanismos para reemplazarla por otra elegida por oposiciones y que tomará posesión en los próximos días.
Como se ve, es una guerra de nervios. El presidente espera que los Pérez abandonen el país para decir al Ecuador y al mundo que son culpables. Ellos siguen en el Ecuador dispuestos a afrontar las consecuencias con la valentía de los verdaderos inocentes. Una paradoja: si se van, son culpables pero zafan de la cárcel. Si se quedan, son inocentes pero marchan presos. Es una persecución política que ha llevado a los hermanos Pérez hasta el fondo de la cueva del oso, que tiene la zarpa preparada.
Es un dicho argentino un poco fuerte: la gata Flora nunca está contenta, a veces chilla y otras llora. La moraleja es idéntica a palo porque bogas, palo porque no bogas. De la gata Flora me acuerdo cuando pienso en el presidente Rafael Correa y este ataque al periodismo del Ecuador, que el Washington Post ha calificado como the most comprehensive and ruthless assault on free media underway in the Western Hemisphere.
Es que la sentencia condena por injurias a Emilio Palacio, autor de la columna, y a los hermanos Pérez y la empresa (caso increíble) por coadyuvar a la comisión del crimen. Rafael Correa los condena por no haber censurado a Palacio y a la vez condena a los periodistas que se dejan censurar por sus patrones, como en el caso de Xavier Lasso. No solo ocurre esto entre Correa y el periodismo ecuatoriano; también Néstor Kirchner o su viuda interpelaron a los periodistas las escasísimas veces que se enfrentaron con ellos con un "no ta van a dejar decir esto" o frases por el estilo.
¿En qué quedamos entonces? ¿Bajamos línea o dejamos que escriban lo que quieran?
En caso de confirmarse la sentencia y de que el señor Correa no desista y otorgue un perdón final, los hermanos Pérez deberán afrontar esa prisión y pagar esa indemnización al Presidente del Ecuador. Después apelarán a las instancias internacionales, que les darán la justicia que su país les niega. Pero no recuperarán el tiempo ni esta y otras humillaciones a las que los viene sometiendo Correa desde hace mucho tiempo.
Agrego, además, que el mismo Correa quiere que los juzgue esta Corte a la que ha denunciado muchas veces por corrupta, tanto que activó los mecanismos para reemplazarla por otra elegida por oposiciones y que tomará posesión en los próximos días.
Como se ve, es una guerra de nervios. El presidente espera que los Pérez abandonen el país para decir al Ecuador y al mundo que son culpables. Ellos siguen en el Ecuador dispuestos a afrontar las consecuencias con la valentía de los verdaderos inocentes. Una paradoja: si se van, son culpables pero zafan de la cárcel. Si se quedan, son inocentes pero marchan presos. Es una persecución política que ha llevado a los hermanos Pérez hasta el fondo de la cueva del oso, que tiene la zarpa preparada.
Es un dicho argentino un poco fuerte: la gata Flora nunca está contenta, a veces chilla y otras llora. La moraleja es idéntica a palo porque bogas, palo porque no bogas. De la gata Flora me acuerdo cuando pienso en el presidente Rafael Correa y este ataque al periodismo del Ecuador, que el Washington Post ha calificado como the most comprehensive and ruthless assault on free media underway in the Western Hemisphere.
Es que la sentencia condena por injurias a Emilio Palacio, autor de la columna, y a los hermanos Pérez y la empresa (caso increíble) por coadyuvar a la comisión del crimen. Rafael Correa los condena por no haber censurado a Palacio y a la vez condena a los periodistas que se dejan censurar por sus patrones, como en el caso de Xavier Lasso. No solo ocurre esto entre Correa y el periodismo ecuatoriano; también Néstor Kirchner o su viuda interpelaron a los periodistas las escasísimas veces que se enfrentaron con ellos con un "no ta van a dejar decir esto" o frases por el estilo.
¿En qué quedamos entonces? ¿Bajamos línea o dejamos que escriban lo que quieran?
viernes, 5 de agosto de 2011
El error de Rafael Correa
Cuando el periodista de la revista Caretas de Lima le preguntó a Rafael Correa qué es lo que considera tan difamatorio del texto de El Universo, el presidente del Ecuador leyó una parte de la columna de opinión de Emilio Palacio publicada el 6 de febrero de 2011 y titulada No a las mentiras:
El Dictador debería recordar, por último, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizá enemigo suyo, podría llevarlo a una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente.Esta frase es la que provocó la querella por injurias del ciudadano Rafael Correa contra Emilio Palacio por ser el autor y contra Carlos, César y Nicolás Pérez por ser coadyuvantes en la comisión del delito. También querelló a la C.A. El Universo, editora del diario. La acusación pide prisión de tres años a los cuatro nombrados y una indemnización civil de 80 millones de dólares en total (diez a cada una de las cuatro personas físicas y 40 a la empresa).
Durante la audiencia celebrada el 19 de julio la C.A. El Universo ofreció a Rafael Correa el espacio que quisiera y cuando quisiera para rectificar la información por la que se siente agraviado, que era lo que Correa pedía para desistir de su demanda. Pero ese día, cuando era el momento procesal para hacerlo, Correa no aceptó las disculpas (él mismo las llamó así en el enlace sabatino del 30 de julio). El jueves 21 a las seis de la tarde el juez temporal Juan Paredes falló en contra de los hermanos Pérez, de Emilio Palacio y de El Universo, les impuso la pena de prisión y redujo la indemnización a la mitad. Esa sentencia está apelada y hoy se sorteará por cuarta vez la sala penal que entenderá en la causa en segunda instancia.
Correa está cometiendo una injusticia del tamaño del Chimborazo. Pero si eso no le sirve como consejo, alguien tendría que advertirle que también está cometiendo un gravísimo error político.
Recomiendo la entrevista a los hermanos Pérez publicada en la revista Vistazo de ayer (de donde robé la foto que encabeza este post) y agrego dos botones de muestra del autoritarismo de Rafael Correa. El primero está en la entrevista de Caretas y es una señal de que quiere esconder algo:
Se les advirtió: no jueguen con el 30 de septiembre, no vamos a permitirlo.El otro en El Ciudadano, órgano del gobierno del Ecuador y se refiere al presidente de la SIP:
La próxima vez que ... diga que en este país se vive dictadura, será expulsado...
viernes, 8 de abril de 2011
Periodismo para salvar democracias
Todavía estoy impresionado con la entrevista a Emilio Palacio en el programa de hoy de Ismael Cala en CNN. Emilio es el Jefe de la página de opinión de El Universo de Guayaquil y también es un amigo a quien aprecio. Mientras aparece en YouTube esa entrevista les dejo esta otra que le hicieron via Skype el 1 de abril, cuando el presidente Rafael Correa querelló por injurias a Emilio y subsidiariamente a los directivos de El Universo y a la compañía por 80 millones de dólares, a raíz de una columna en la que Emilio trató a Correa de dictador y lo hizo responsable de la orden para que tropas de asalto disparen a mansalva contra un hospital de la policía, el 30 de septiembre del año pasado.
Todavía estoy impresionado, les decía, por la pasión, la transparencia y la valentía de Emilio Palacio.
En otro momento de esta entrevista, que no apareció ese día, Emilio les dice que la CNN no se está ocupando del Ecuador y de Correa como se ocupa de Venezuela y de Chávez. Esa parte sí salió hoy y se ve que fue a pedido de Emilio, que chupó cámara como el mejor.
Después Emilio dijo que el periodismo tiene un papel fundamental para salvar las democracias en América Latina. Y yo creo que tiene razón.
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domingo, 20 de mayo de 2007
El poder corrompe a la prensa
El presidente del Ecuador advirtió en su programna de radio de los sábados que seguirá metiéndose con los medios de comunicación cada vez que mientan. "Acá se dice que no hay que meterse con la prensa. Yo sí me voy a meter, y les voy a decir cuando mientan que son mentirosos. Y si por eso me tengo que ir a casa, pues me voy".
El sábado 12, en el mismo programa, Correa había calificado a muchos medios ecuatorianos de mediocres y acusó a la Sociedad Interamericana de la Prensa de defender los intereses empresarios que se oponen a los gobiernos progresistas. "Yo quisiera que la SIP, que es tan celosa de la libertad de expresión y la libertad de prensa, sea igual de celosa con la calidad de la prensa" criticó el presidente, que también acusó penalmente al diario La Hora por injurias. El diario publicó en un editorial que Correa gobierna con violencia y usando piedras, palos y tumultos.
El sábado 19 Correa se ofuscó con las preguntas insistentes de Emilio Palacio, el jefe de opinión de El Universo de Guayaquil. "¡Saquen a este señor! Discúlpenme, pero no puedo soportar majaderías" gritó después de asegurar que hay total libertad de expresión en el Ecuador. Y los guardaespaldas del presidente sacaraon por la fuerza a Emilio Palacio de la sala...
La reacción airada de Correa demuestra una dosis de cinismo descomunal. La misma que domina hoy casi toda la política en el mundo entero. Pero no solo la política, porque ese cinismo ha contagiado a la industria de la prensa en medidas que todavía nos sorprenden. Otra frase de Correa, que podría estar en boca de muchos mandatarios, no solo latinoamericanos, es lapidaria: "La prensa tiene que cambiar, porque tiene una gran dosis de mediocridad, de corrupción e intereses creados". Lo sabe porque lo comprueba todos los días: gran parte de la prensa está al mismo nivel de credibilidad y de cinismo que los políticos. La política y sus mañas sucias han pringado a la prensa con su tiña pegajosa. Correa trata a la prensa que lo critica como a un opositor político.
El contubernio con el poder ha quitado independecia y lectores a gran parte de la industria por el espejismo efímero de un poco de dinero. Una basura.
El sábado 12, en el mismo programa, Correa había calificado a muchos medios ecuatorianos de mediocres y acusó a la Sociedad Interamericana de la Prensa de defender los intereses empresarios que se oponen a los gobiernos progresistas. "Yo quisiera que la SIP, que es tan celosa de la libertad de expresión y la libertad de prensa, sea igual de celosa con la calidad de la prensa" criticó el presidente, que también acusó penalmente al diario La Hora por injurias. El diario publicó en un editorial que Correa gobierna con violencia y usando piedras, palos y tumultos.
El sábado 19 Correa se ofuscó con las preguntas insistentes de Emilio Palacio, el jefe de opinión de El Universo de Guayaquil. "¡Saquen a este señor! Discúlpenme, pero no puedo soportar majaderías" gritó después de asegurar que hay total libertad de expresión en el Ecuador. Y los guardaespaldas del presidente sacaraon por la fuerza a Emilio Palacio de la sala...
La reacción airada de Correa demuestra una dosis de cinismo descomunal. La misma que domina hoy casi toda la política en el mundo entero. Pero no solo la política, porque ese cinismo ha contagiado a la industria de la prensa en medidas que todavía nos sorprenden. Otra frase de Correa, que podría estar en boca de muchos mandatarios, no solo latinoamericanos, es lapidaria: "La prensa tiene que cambiar, porque tiene una gran dosis de mediocridad, de corrupción e intereses creados". Lo sabe porque lo comprueba todos los días: gran parte de la prensa está al mismo nivel de credibilidad y de cinismo que los políticos. La política y sus mañas sucias han pringado a la prensa con su tiña pegajosa. Correa trata a la prensa que lo critica como a un opositor político.
El contubernio con el poder ha quitado independecia y lectores a gran parte de la industria por el espejismo efímero de un poco de dinero. Una basura.
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