martes, 24 de noviembre de 2015

Otra vez los periodistas salvan un diario


Ayer La Nación de Buenos Aires publicó este editorial que provocó la bronca generalizada en la misma redacción del diario y de muchas otras personas e instituciones. Aquí la nota de hoy, que se publica con la foto que se hicieron en la redacción casi todos los periodistas, indignados con su propia dirección.

Página 12 no esperó ni un minuto y aprovechó la ocasión servida en bandeja:


El editorial es complicado y no está bien escrito. Pasa de la petición de principios generales a la defensa de unos casos particulares y para colmo tergiversa un artículo de Norma Morandini publicado en el diario. Tampoco se sabe bien qué pretende, aunque se puede suponer. Lo peor es la oportunidad para hacerlo. En el diario dicen que no se interpretó bien lo que querían decir, como si excusara de culpa un error propio (si no entienden tu mensaje el problema es tuyo). Se puede estar a favor o en contra de su contenido, pero hay que defender a muerte la libertad de La Nación de publicar este engendro.

Hay que destacar la actitud de la redacción: otra vez son los periodistas los que cuidan a La Nación y le dicen a los lectores que ellos son los responsables del periodismo del diario y no los que marcan la línea editorial con esas opiniones extemporáneas basadas en hechos poco delimitados. Puede ser digna de alabanza la actitud del diario cuando publica la polémica interna desatada por el editorial, pero eso tiene como precio la pérdida de autoridad moral de los directivos sobre sus empleados.

Y esto me plantea otra cuestión que no sé todavía cómo resolver: ¿deben tener la misma ideología que sus accionistas los periodistas de un medio como La Nación? ¿Se puede hacer La Nación con lectores de Página 12? Seguro que hay matices, pero no encuentro todavía una respuesta a estas preguntas, que pueden llegar todavía más lejos en el caso de resultar insoportable trabajar en un negocio que contraría las propias convicciones.

Todo depende, supongo, de la concepción de periodismo: si se trata de relatos asépticos sobre los acontecimientos podría darme lo mismo la ideología de mis periodistas y me preocuparía por su idoneidad y su ética y no por su ideología y hasta los podría remplazar por un robot. Pero se sabe que no existen esa asepsia ni esa objetividad y también que es muy difícil ir a la guerra con soldados desmotivados que para colmo le han perdido el respeto a sus capitanes. Por esta vía La Nación se convierte en un diario profesional y sus directivos en accionistas de un negocio al que ya no le interesa cambiar el mundo sino ganar dinero. Y ya sabe si lee este blog que en el negocio del periodismo los que ganan dinero son los que no quieren ganar dinero.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Mala idea de El Mundo


Es la portada de El Mundo de Madrid de hoy, Día de la Infancia, como lo explican arriba de su cabecera. Nunca ha sido una buena idea jugar con las marcas y menos con la cabecera de un periódico, que es la bandera de su credibilidad: si jugamos con nuestra marca imagínese lo que pueden pensar los lectores y los anunciantes del resto de los contenidos. Tampoco me gusta, pero si había que hacerlo, lo hubiera ocupado en el título de los ocho años.

sábado, 14 de noviembre de 2015

¿El papel aguanta todo?

Clarín imprimió 158 muertos y La Nación al menos 154. La cuenta final dio 128. ¿Cómo hacen ahora para corregirlo? Una clara desventaja del papel sobre la inmediatez. 

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Presiones hay en todos lados

Parece que por la nota del New York Times del post anterior levantaron la columna de Miguel Ángel Aguilar en El País. Aquí la noticia en el NYT.

Dice que José Manuel Calvo le dijo que si se sentía presionado lo libraba ya mismo de semejante carga. Además está la excusa de Ahora, el nuevo medio lanzado por Aguilar.

No sé qué haría si un columnista de mi diario hace declaraciones públicas sobre las presiones que sufre en mi diario. Presiones existen en todos lados y se hablan con los jefes. Diría que si no se aguantan uno se retira. Y si decide hablarlas afuera, también se retira.

Pero bueno, tampoco parecía que fuera para tanto...

viernes, 6 de noviembre de 2015

La escalvitud en el propio negocio

Algo así dice Pedro J. Ramírez a The New York Times en esta larga nota sobre el estado calamitoso de la prensa independiente de Madrid:
Mr. Ramírez argued in an interview that mainstream newspapers “are no longer doing their job as watchdogs.” Newspapers, he said, were under corporate and political pressure, but also suffered from greater editorial restrictions imposed by their own management.

“Newspapers are no longer led by their editors, but by chief executives who are worried about accounts and trying to maintain good relationships with those in power,” said Mr. Ramírez, who has been joined by a dozen former colleagues from El Mundo.
No se me ocurre otra cosa que decirle que no me gustaría trabajar hoy en El Mundo ni en El País. Bueno sí: si tu negocio te esclaviza, mejor cerrarlo.

martes, 3 de noviembre de 2015

Ámbito Financiero y su tímido cambio

Antes

Después

Con el cambio de mes cambió también la cabecera de Ámbito Financiero de Buenos Aires. No es gran cosa.