miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cristóbal

El juego es de los negocios más rentables, para el empresario, claro. Tan grave como lucrar con una enfermedad. Los mismos anuncios de juego lo advierten: jugar compulsivamente es perjudicial para la salud, como el tabaco.

En los últimos años el juego se ha instalado de la Argentina con la corrupción obscena del poder. Ya no hay población sin casino. Los bingos están por todos lados y las máquinas tragamonedas se degluten la esperanza de los pobres para llenar las arcas de unos pocos concubinos del poder. A medida que las luces de los casinos llegan al centro de cada ciudad los hospitales se derrumaban y las escuelas languidecen. Hoy mismo los obispos de Buenos Aires ponen el dedo en la llaga. Alguna oposición lo denuncia casi todos los días, mientras otros tratan de asociarse al negocio (¡todas noticias del diario de hoy!)

El principal empresario del juego de la Argentina es Cristóbal López. Un patagónico ultra kirchnerista -todos sospechan que son socios- que abre casinos como su fueran churrerías y ¡hasta tiene un diario!

¿Qué nombre le puso Jorge Lanata al suplemento veraniego de juegos de Crítica?

1 comentario:

Toni Piqué dijo...

Entonces ¿Lanata siempre gana?