viernes, 25 de junio de 2010

Los hechos señores, los hechos

Es un espectáculo patético el de algunos diarios que abren portada con sus propias conclusiones y juicios –explícitas o implícitas, deducidos o inducidos– sobre una desgracia tan terrible. No han pasado ni 48 horas del atropello, ni siquiera terminó la identificación de los cadáveres (de los trece se conoce la identidad de ocho) y tampoco comenzaron su trabajo las tres comisiones tres de investigación. Pues no señor: algunos ya deducen o inducen:

A uno le parece que no hay información suficiente para eso, que los periodistas no se dedican a ese tipo de investigación forense –¿o también somos expertos en eso?– sino a informar sobre ellas y que los medios están para contestar preguntas a los lectores, no para formulárselas, trasladárselas, aumentárselas o agravárselas.

¿Es que no tienen sentido del ridículo? Como ayer las radios, que ponían el micrófono a los familiares de los muertos en directo. Claro, se oyeron las peores barbaridades, fruto del dolor, del shock y de la falta de información: "Ha sido un crimen", decía un padre fuera de sí. Cuando se serene se arrepentirá, obviamente pero, en ese momento, ¿qué quieren que diga? El que debe tener sentido común ahí es el periodista, no el familiar. Otra cosa es un abuso infame del dolor de esa persona.

¿Podemos dejar de comportarnos como bárbaros y atenernos a los hechos? Como si fuéramos periodistas, vamos. Los hechos:
—Hacia las 23:23 del miércoles, un grupo de unas 30 jóvenes atravesó las vías por donde no se debe para asistir a la verbena de Sant Joan en la playa de Castelldefels. Eso está prohibido, por muy común, incomún o mediopensionista que sea. Tan prohibido como ir a 240 km/h por una comarcal o matar a tu vecino.
—El tren rápido que desde hace años pasa por esa estación sin parar y a esa hora les atropelló: hay trece muertos y catorce heridos, tres de ellos muy graves.
—La estación se remodeló hace siete meses y cumple todas las normas de seguridad y accesibilidad: hay un magnífico paso subterráneo para cambiar de andenes, está bien señalizada, etc.
—La policía catalana y otros agentes públicos estaban llegando a esa hora a la estación para cubrir el regreso de los festeros. Pudieron atender el desastre inmediatamente y lo mismo ocurrió con los servicios sanitarios cercanos, que son muchos y buenos: hay al menos tres grandes hospitales públicos en menos de 10 km a la redonda, bien comunicados.
¿Cuál es la parte que no se entiende de esta frase: "si cruzas la vía te puede atropellar un tren"?

Ah, no. Qué vulgaridad. Es mejor que el psicólogo, el sociólogo, el tertuliano y el editorialista dejen caer la inevitabilidad del comportamiento gregario de los jóvenes; la indisciplina social de los inmigrantes; sospechas sobre la estación-ratonera (una estación… de tren… ¡al aire libre!); si estarían ya un poco bebidos; si la pasarela estaba cerrada; si no había jefe de estación (¿qué hubiera podido hacer, pobre?); si el paso subterráneo era estrecho y eso fomenta las aglomeraciones donde las personas se impacientan y se nubla el juicio de la masa gregaria que forzosamente es impelida a cruzar la vía de modo que todos siguen al que no mira para llegar a la verbena de la playa cinco o diez minutos antes lo cual es imprescindible para la felicidad del ciudadano que tiene derecho a que se le proteja de todo y de todos siempre y en cualquier lugar pues para eso paga sus impuestos pero los políticos que cobran tanto no hacen lo que deberían y malgastan el dinero…

Nada de todo eso tiene apoyo alguno en los hechos concretos sucedidos en este caso concreto un día concreto. Al menos hasta ayer. Todo teorías.

Otro hecho, lo recoge La Vanguardia en su portada/tapa: "Yo se lo dije… no saltes, no saltes… Era mi hermano".

Saltaron. Pasó un tren. ¡Zas! Trece se mataron –de momento.

Acá abajo cuelgo otros portadas/tapas, con apostilla: el Diario Vasco y El País eligieron la mejor foto. Los guipuzcoanos porque muestran gente que sufre –eso es un accidente– y no vías y andenes y ambulancias y sanitarios y florecitas. Los de Madrid porque como casi todas las fotos eran malas, esto es, no añadían más información, optaron por fotografiar otro asunto más visible. Cuando no hay foto no hay. Forzarla acaba dando en portadas/tapas como la de Deia, donde el título y la foto no sólo no tienen nada que ver sino que parecen una comedia [Clic>Amplía]:


Ayer, 20minutos.es, decidió bloquear los comentarios de los usuarios a las noticias referidas a esta tragedia. Es el único remedio que hallaron para detener la cantidad de notas xenófobas, discriminatorias e insultantes que colgaban en su sitio. El periodismo, con esa cobertura informativa, se pone a la misma altura de esta gente. Qué pena.

3 comentarios:

el mejillon suicida. dijo...

La crítica la diriges hacia los medios, y con razón, pero si los medios muestran carnaza, o crean falsas polémicas es para captar lectores, televidentes, oyentes, etc. Si esos espectadores miraran hacia otro lado ante el cinismo de estos medios de comunicación, éstos dejarían de malversar así la información.
Pero para eso se necesita una masa crítica, no sé si eso existe o existió alguna vez...

Doctriz Mapache dijo...

Yo he enviado los hechos a los premios darwin, sí sopy asín de hijoputa.

iván dijo...

No se puede ser más claro con los argumentos. Lamentando profundamente la catástrofe, fue una impruedencia y no se puede discutir contra eso. Sucede diariamente que las personas no tenemos la paciencia/serenidad como para bajar las escaleras del paso subterráneo en las vías de tren y luego pasa lo que pasa.