jueves, 26 de febrero de 2009

Todo lo que quería saber sobre Politico.com

Gabriel Sherman entra en las tripas Politico.com en The Scoop Factory en The New Republic. Dice Sherman que los periodistas de Politico are masters of knowing what will make prime time y se cuestiona si el sitio es vitamina o veneno para el periodismo.
Sherman advierte que esa maestría en ocupar el prime time de la información política ha hecho que el sitio camine en el filo de la navaja informativo y que genere un alto nivel de estrés entre sus periodistas, además de una considerable irritación entre el commentariat del DC.
Si trabajas en Politico se quiere que publiques noticias antes de las 8 de la mañana. A esa hora arrancan las primeras reuniones del día de los asesores parlamentarios y funcionarios de la Casa Blanca. Máximo: 1.500 palabras. La presión es grande (¡Tengo Que Salir En La Home YA!). Y se cometen errores; se dejan cabos sueltos. No muchos, pero fastidiosos.
Bill Keller, el director del NYT, juzga insustancial el contenido de Politico: "Sobre eso no se puede establecer un medio informativo sostenible".
Tres comerciales de la web envían enlaces con las noticias a blogs como Drudge Report y Huffington Post y a los informativos de televisión. Para asegurarse tráfico en todos los sentidos.
Y lo mejor: sus anunciantes –en el impreso que sale tres veces por semana y en la web– están relativamente protegidos de la crisis. Son lobistas, que están activos con crisis y sin crisis. Y 68 diarios y 36 estaciones de tv han firmado acuerdos con Politico: contenidos del sitio gratis a cambio de una porción de sus ingresos publicitarios.
La pieza de Sherman es buena. Léala. A uno, con todo, se le hace un poco sospechoso que TNR sea una de las publicaciones afectadas por el éxito de Politico. Y que el resto de críticos estén más picados que razonados. Veremos qué pasa.

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