martes, 2 de marzo de 2010

Sobre si la ficción ayuda a contar la verdad

Es el título del libro de Artur Domoslawski, donde explica que el legendario reportero polaco hubo de estar a buenas con el régimen comunista y que inventó hechos en sus crónicas. Terrible. Habrá que esperar a que alguna editorial le eche valor y lo traduzca. Domoslawski no es un oportunista ni un imbécil. Es un buen periodista de Gazeta Wyborcza que no lo pasa bien con todo este barullo: era amigo de RK, pero más amigo aún de la verdad (¿Qué?).

Ya se sabe: periodismo sobre el periodismo… carne de perro. The Guardian hace hoy una magnífica crónica de la cosa que debe leer inmediatamente antes de que el asunto caiga en manos de los comunicólogos y de Los-Columnistas-Que-Conocían-A-RK-De-Toda-La-Vida

Este es un asunto medio viejo que se veía venir. En diciembre, Slate publicó una entrevista con Werner Herzog donde se compara su cine con el periodismo de RK. Herzog, que tiene mucho genio en todos los sentidos de la palabra, incluído el aragonés, le echa los perros al preguntador y se quita de en medio con mucha habilidad:
Jacob Weisberg: … of course there are elements of fiction in your nonfiction films.
Werner Herzog: Sure, of course. I stylize, I invent, I do things the accountants of truth would not do. But I’m a storyteller.
J.W.: It’s very apparent in your films, to someone who has seen a lot of them, when there’s a moment of fiction that you’re using for some sort of dramatic purpose. It’s interesting to compare you to Ryszard Kapuściński, the Polish writer. There’s been a lot of debate about his use of fiction in nonfiction work.
W.H.: And it’s a very stupid, a very dull debate, because he’s a great storyteller, and what he does—and I am, by the way, doing a very similar thing—he intensifies truth by invention. By dint of declaration he creates something which gives you a much deeper insight into the truth of, let’s say, Africa or Haile Selassie, the emperor of Ethiopia, and it’s totally legitimate and the debate is very, very silly. Let the accountants be happy with their debate. I’m not going to participate.
Es y será un debate eterno. Otro caso brillantísimo de lo mismo es el brasileño Nelson Rodrigues –aunque casi todos sus lectores sabían que inventaba… era un pacto de lectura.

Y por mucho que RK fabulara, no nos quitan lo que dice en Los cínicos no sirven para este oficio. Eso sí es todo verdad.

—Para los otras biografías de RK, más hagiográficas, lee esto.
—Debate serio sobre el legado periodístico de RK en estos vídeos (dos horas).

3 comentarios:

Unknown dijo...

Kapuscinski es una de las personas que más admiré en mi vida. Tuve la suerte de conocerlo, de compartir con él. Lo llamaba por teléfono de vez en cuando a ver cómo estaba, lo quiero mucho. Pero sé que el trabajo de Artur, a quien conocí a través de él, es serio. Lo que él mismo dice: el discípulo hizo lo que su maestro le enseñó. Creo que esa humanización de un hombre como Kapu es necesaria y que esa humanización lo mantiene grande, porque lo muestra con sus limitaciones, como las nuestras.
Para mí sigue siendo un maestro, un gran maestro

Unknown dijo...

El dilema ético para Domoslawski no está en este caso en su trabajo periodístico; el dilema está en lo personal. ¿Haríamos la biografía no autorizada de un mentor y un amigo sabiendo que se nos revelarán cosas no tan buenas del personaje o cosas que lo desmitifican? ¿Podemos ser totalmente periodistas con un mentor y un amigo? ¿Sobre todo después de que ese mentor y ese amigo muere?
En la entrevista que le hace Villanueva Chang en El País de hoy se discute un poco eso.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Nos/dijo/Kapuscinski/toda/verdad/elpepicul/20100303elpepicul_1/Tes

Anónimo dijo...

Por favor, ¿me podrían decir dónde puedo encontrar información sobre el periodista Nelson Rodrigues que inventaba sus notas? Igual si conocen de algún o algunos otros casos de estos, que estoy haciendo un trabajo sobre este tema.
Gracias mil
pepe