viernes, 18 de septiembre de 2009

Tierra arrasada

La nueva ley tiene un solo fin y muchos daños colaterales. Por lo pronto es una venganza apurada de Kirchner contra el Grupo Clarín. El Congreso actual está ilegitimado desde el 28 de junio, cuando el kirchnerismo fue rechazado por 70 de cada 100 votantes en unas elecciones de medio término adelantadas caprichosamente para evitar una derrota segura a fines de octubre. La derrota vino igual y el kirchnerismo perdió la mayoría en el Congreso, pero a partir del próximo 10 de diciembre. Mientras, con la mayoría todavía legal, Kirchner acelera las leyes de su venganza. Acelerar es poco: los diputados –la mitad son alzamanos de Kirchner– tuvieron que votarla horas después de incorporar 200 modificaciones y con una noche en medio. A algunos les asombra la fidelidad de los soldados del Gran Marido, pero todo se explica con la billetera del Gobierno y la bunquerización del poder en la Argentina gobernada por un psicópata desde la alcoba de su mujer.

Nadie la leyó y en la prisa también se esconde la trampa de un proyecto que agrede la libertad de expresión, la propiedad y los derechos adquiridos gracias a una ley del propio Kirchner, que permitió la fusión de los dos grandes canales de cable de Argentina para el Grupo Clarín, cuando parecía que los Kirchner eran eternos y Clarín jugaba en el mismo equipo.

Si el Senado aprueba la ley, el Grupo Clarín –y cualquier otro periódico que tenga a su vez canales de televisión abierta y de cable ymás de diez emisoras de radio– deberá optar por perder su buque insignia y otros cinco periódicos, o desprenderse de los canales de cable en un año. Pierden también las inversiones realizadas para los próximos ocho años de una licencia concedida hace dos por el propio Kirchner y malvenden a precios de remate a los únicos que pueden comprar: los amigos del poder.

Telefónica de España, propietaria de un canal en Buenos Aires y ocho en el interior, deberá desprenderse de ellos si quiere seguir en el negocio de la telefonía. Prisa se queda como está: sólo tiene emisoras de radio. Y, cada dos años, un comité con mayoría gubernamental podrá caducar las licencias a los canales de radio, televisión y a los de cable ¡que no usan espectro! Kirchner cae, pero deja la tierra arrasada en castigo al pueblo que lo rechazó en las urnas.


Publicado hoy en el diario El Mundo de Madrid (le hice un par de modificaciones).

2 comentarios:

Jolu dijo...

En mi humilde opinión no es ningún descubrimiento que el Señor “K” castiga a todo aquél que se opone a él. Si uno se pone en sus zapatos tiene derecho a pensar lo siguiente: “Yo me lo voy a comer todo; yo soy el Estado; yo soy la Ley; el soberano no pacta con nadie; castigo a los que se oponen; castigo al campo; castigo a Clarín; castigo con impuestos y reventando la boca del setenta por ciento que no me votó”.
Es lamentable saber que después de todo, las reglas de la República de poco sirven. ¿Para qué estudié los presupuestos del Estado de Derecho? ¿Para qué separación de las funciones públicas? ¿Para qué elección soberana de los cargos públicos? ¿Para qué su periodicidad? ¿Para qué la publicidad de los actos de gobierno? ¡¿Para qué la responsabilidad de los funcionarios?! ¿Para qué? Si total, el monarca come, toma, calla y ultraja a quien quiere. Al bombo la República.
Sin embargo, todas las cosas se ganan y se pierden por la lucha; por la batalla. Dijo Vhon Ihering: “Todos los derechos se consiguieron por medio de la lucha”. Por eso, quisiera humildemente que GP –si no se encuentra incurso por incompatibilidad legal- sea uno de los siete directores de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (cfrme. modif. Art. 14 de la Ley) y que cuente con un soldado por la libertad de expresión en tierra colorada.

Gonzalo Peltzer dijo...

Gracias Jolu, pero lo veo difícil ¡Si por decir la verdad no me bancan ni en ADEPA!