lunes, 27 de octubre de 2008

Cruz, periodismo, diarios e internet

Ayer leí en 233grados -gracias a Google Reader- las palabras textuales de Juan Cruz, levantadas del sitio periodismociudadano.com. Esa entrevista es de EFE, pero está levantada, a su vez, del sitio de Público de Madrid. Clarín de ayer publicó otra entrevista -realizada por Fernando García- sobre la última novela de Juan Cruz, Muchas veces me pediste que te contara esos años.

Menos lobos, Caperucita, que la cosa no era tan grave. Todo lo contrario. Va lo más interesante de esas declaraciones que aclaran, espero, las de EFE, o por lo menos las completan. Me parece que a alguien le molestó lo del lodazal...

-Escribe que "escuchar conversaciones de adultos" fue su primer trabajo de periodista. ¿Por qué?

Es que es eso es el periodismo, contar la vida de los otros. "La vida de los otros", esa película, es periodismo, periodismo perverso. Debemos enterarnos de lo que hacen los otros no para denunciarlos sino para entender el drama humano.

-Deme un ejemplo real de periodismo perverso...

Internet, que le está haciendo un daño enorme al periodismo. Internet es la confusión. No puede ser el medio, el periodismo es el medio. Uno entra a Internet como a las playas del Caribe: sabiendo que puede haber tiburones en el agua. Acuérdate lo que se decía de la radio cuando llegó la tele... Como dijo (Umberto) Eco todo se hace para que volvamos a ver cine.

-Quiere decir que todo lo que se escribe en la Red es para volver a leer el diario?

No te quepa la menor duda. Yo no creo que la gente lea menos por Internet. El problema es habernos creído que las historias no tienen que ser noticias.

-Cómo se superponen esas redacciones bohemias de Tenerife que rememora en el libro con las informatizadas de hoy?

Yo tengo melancolía sentimental de aquello porque me divertía pues. Pero eran tiempos oscuros donde lo que regía era la prohibición. Sin embargo había un sabor... y yo creo que los periodistas nos hemos acomodado demasiado. Las redacciones se parecen cada vez más a un proyecto burocrático que a una convivencia de ideas. En los años 30 y 40, los redactores de La Vanguardia se comunicaban por carta con su jefe. Ahora es igual: se mandan mails... la alta informática ha llevado al silencio.


Es la línea de García Márquez, Eloy Martínez o Galeano.

Comparadas unas con otras, son más trogloditas las declaraciones de Pierre Assouline sobre los diarios, publicadas en La Vanguardia de anteayer, que 233grados también destaca como para retrucar a Juan Cruz.

2 comentarios:

Toni Piqué dijo...

A mí me parecen todos unos gigantescos cantamañanas. ¿Por qué la mayoría de ellos no siguen en el periodismo? ¿Cuándo nos han defendido? ¿Por qué los que siguen, como ese señor que protagoniza el post, se convierten en mandarines abusadores que cobran un dineral por hacer las mismas entrevistas a la misma gente, los mismos artículos sobre las mismos asuntos?

Todas esas historias de periodistas borrachos, la bohemia, el humo del tabaco, comenzar a escribir a las 11 de la noche (¡mentirosos!)… Todo eso es peliculero, banal, absurdo. No tiene ninguna relación con la profesionalidad. ¿O es que por borrachos, viciados y fornicadores vamos a ser mejores periodistas? ¿Qué pasa, que los periodistas que procuran llevar una vida arreglada son menos profesionales?

Estoy harto de todos ellos. Ninguno es mi colega. Quizá lo fueron. Hoy no más. Hoy son la elite que nos aprieta, los que pontifican sin jugarse nada por los colegas, los que pasean por las redacciones sin dar un palo al agua. Sus salarios de marqués son robados a los salarios de otros. Los que pagan con favores para obtener otros favores. Los que nacieron para tener razón. Los que se tienen por moralmente superiores porque conocen a "Gabo" y hablan de "Federico".

Llaman "burócratas" a los que hoy mandan y que son aquellos a quienes ellos formaron. Son aquellos que les hacían el trabajo duro de editar y cerrar mientras ellos hacían las mismas entrvistas a la misma gente o se tiraban a una escritora joven o cobraban un sobresueldo por escribir un catálogo de una editorial o sacaban tiempo para su próxima novela o daban una conferencia en el ateneo bien cobrada y bien pagada.

Me recalientan. Al infierno todos ellos.

Gonzalo Peltzer dijo...

Ahora ya no se si son cantamañanas o trogloditas. Me lo imagino a TP girando los brazos como un molino para dramatizar su calentura.