lunes, 4 de julio de 2011

La precisión es una pretensión despótica

Nació en un comentario de este post. Parte de la semiología de los mensaje visuales y me recuerda a mis clases y conversaciones con Juan José García-Noblejas en tiempos de mi doctorado. Es el gran tema de la verdad propia del periodismo -o de los haceres informativos- de la que hemos tratado de vez en cuando en este blog (ver los enlaces de abajo).


¿Qué cuadro en más verdad? ¿Las meninas de Velázquez, el Guernica de Picasso o La coronación de Napoleón de David? No lo sé. Picasso pintó el horror, Velázquez la luz y David la majestad. Nadie está más cerca de la verdad que los artistas. Y tengo probado que cuanto más artistas son los periodistas, mejor expresan lo que ven.

Cuando dibujamos/pintamos algo que ocurrió hace media hora o hace 50 años, todos entendemos que lo que vemos es una interpretación de la realidad y no un instante congelado. El dibujo o la pintura de un hecho real son un relato más y coincide con la realidad como coincide el texto de 300 personas distintas que dicen la verdad sobre un mismo hecho, sobre todo en datos que no son relevantes pero que agregan color o ambiente al acontecimiento. La fotografía, en cambio y si la hay, es un instante congelado de la realidad que puede no coincidir con casi toda ella o con la parte fundamental de los hechos. El dibujo, como el texto, logra esencias difíciles de conseguir con una foto: esa es precisamente su fuerza informativa.

Los que nos exigen precisión a los periodistas pueden ser tan autoritarios -sin saberlo- como los déspotas verborrágicos de nuestra América mestiza, que nunca están contentos con lo que decimos porque no es exactamente igual a lo que ellos piensan. Según los dictadores, los periodistas deberíamos decir todos lo mismo y hasta ponerlo en el mismo lugar de la página. Eso no es periodismo sino relojería. La inteligencia y la conducta humanas se paralizan ante la información exacta; tanto que la información borrosa es la clave de cualquier intento de inteligencia artificial (un oxímoron, al fin y al cabo).

Y ahora adelanto que en cualquier momento voy a denunciar ante el BBVA el autoritarismo codicioso de Fundéu.

Picasso y el periodismo, en Paper Papers, 27/4/08
La verdad de los actores, en Paper Papers, 18/2/08
Los periodistas son artistas, en Paper Papers, 28/2/06

11 comentarios:

JCD dijo...

Bueno, está claro que algo raro están fumando acá. Segundo post que no entiendo lo que me quiere decir. ¿Estás defendiendo la impresición? ¿Preferís que un periodista diga "hace unos años" a que diga "el 25 de julio de 2006? De verdad, no comprendo.

Alberto Cairo dijo...

En esto no estamos de acuerdo, Gonzalo. Desde luego que la precisión absoluta es tan quimérica como la objetividad, pero eso no quiere decir que ambas no sean ideales a los que los periodistas (de texto o visuales) debamos tender. No es ningún absolutismo, yo creo. Es, simplemente, intentar ser un poco más científicos que artistas.

En cuanto al cómic-periodismo, tengo muchas reservas. Llevaría mucho espacio explicar por qué, pero voy a intentar resumir: al igual que en una crónica sobre un hecho que acaba de suceder, sobre todo si hay muertos y heridos (ataques terroristas, asaltos, asesinatos, accidentes), el periodista no añade detalles de color ni usa un estilo literario florido (porque sería una falta de respeto para sus lectores y para las víctimas), el gráfico debe intentar restringirse a aquello que haya sido confirmado por fuentes. De acuerdo que esto está abierto a interpretaciones sobre qué fuentes son fiables o no, dónde comienza y acaba tu interpretación de dichas fuentes, etc. Siempre van a surgir dudas en el camino, pero, por lo menos, es una regla que sirve de orientación.

Otra cosa es hacer una recreación de algo que no ha sucedido todavía: una misión de la NASA que va a comenzar dentro de un mes, por ejemplo. O de un acontecimiento genérico, como cuando explicas cómo se dividen las células del cuerpo. O un hecho histórico remoto. En estos tres casos, si escribes un reportaje, sueles tomarte algunas licencias, y eso es aceptable, dentro de unos límites. Lo mismo sirve para la infografía.

Tal vez debamos montar un debate sobre este asunto en Malofiej o en otro foro.

Un abrazo y a seguir con el blog, que muchos lo leemos diariamente,

Alberto Cairo

Ángel M. Felicísimo dijo...

Creo que la exactitud o no del periodismo escrito o gráfico puede enfocarse de otra forma. Una crónica, una fotografía, un vídeo, son modelos de la realidad, es decir, representaciones simplificadas que recogen solo una parte de esa realidad. A veces esa parte es la que queremos transmitir, otras veces la cosa es más casual. En el primer caso, lo que transmitimos puede ser muy diferente según el objetivo del modelo o, más exactamente, del que lo hace. Dos fotógrafos están ante una misma realidad, por ejemplo el vertido de petróleo en las costas gallegas de hace unos años. El primero elige fotografiar una playa ennegrecida con una gaviota muerta en primer plano. El segundo, en cambio, decide tomar una foto de la gente vestida con monos blancos dirigiéndose ordenadamente a la zona a limpiar. Dos encuadres distintos para dos objetivos distintos: dramatismo, daños y, por otra parte, reacción, organización y trabajo voluntario.
Ninguna es más fiel que la otra en este caso. Ambas reflejan partes reales de lo que está pasando.
Lo que es una ilusión es pretender transmitir la realidad completa, algo que no es posible en un modelo.
Saludos.

Olmo González dijo...

Comparto totalmente lo que has escrito sobre la fotografía. Nos ha costado décadas darnos cuenta de que una imagen congelada puede mostrar más mentiras que verdades.

Respecto a lo otro, ni siquiera la RAE debería ser el paradigma del lenguaje, que nos pertenece a todas y a todos y no a un diccionario caducado incluso antes de ser impreso.

Gonzalo Peltzer dijo...

Gracias a todos, de verdad.

Creo que en general estamos de acuerdo y acepto el debate donde digan, siempre que también haya pacharán con hielo.

No estoy diciendo que no haya que ser preciso con los datos precisos. Si una mujer es rubia hay que pintarla rubia, pero si no sabemos de qué color es su pelo no podemos pintarla sin pelo. Lo que pasa es que los datos precisos son escasos: apenas los resultados deportivos y poco más.

La objetividad es una quimera, pero no la verdad, que también en la mayoría de los casos, tiene muchas versiones, igual que la mentira. Que sea difícil o imposible no nos exime de la obligación de buscarla. Decía el profe Desantes que tenemos obligación de buscar la verdad aunque sepamos que no llegaremos nunca a encontrarla.

Lo que además digo -en esta y en otras entradas de este blog- es que los que más cerca llegan a la verdad de muchas cosas son los artistas. Ellos tienen una sensibilidad especial para acercarse a la realidad y verla con ojos diferentes. Casi siempre los artistas -los amateurs diría McLuhan- están mucho cerca de la verdad que los científicos encasillados en sus esquemas mentales. Todos los genios han seguido ese camino.

El periodismo es igual.

Mantengo mi promesa de seguir con estos temas y meterme con Fundéu.

Alberto Cairo dijo...

Muy buen comentario, Gonzalo. Personalmente, espero impaciente tus próximos posts.

En cuanto a lo que dices del pelo, hay una alternativa. En general, y simplificando mucho, aquí intentamos aplicar la regla de que cuanto menos sepas sobre lo que sucedió, más abstacta tiene que ser la representación.

En otras palabras, si no sabes que la mujer era rubia e iba vestida de verde, dibuja una silueta femenina genérica, no una persona con todos los detalles.

Abrazos,

Alberto

Gonzalo Peltzer dijo...

Gracias Alberto

Es muy buena la observación y da para un libro entero. Hay un modo de dibujar el perro y otro de dibujar este perro. Los dibujos también son capaces de abstraer los conceptos, igual que el idioma hablado. En dibujo o en lengua no es lo mismo la mujer que una mujer que Jacinta Fernández. Pero los dibujos son -pueden ser- más abstractos todavía que los textos. Además, entran directamente en el cerebro, sin traducción de ningún tipo.

Matias dijo...

Excelente post que mi comentario inspiró! Intentaré colaborar con mi grano de arena:

Lo importante (y difícil) para quien trabaja con "periodismo visual" (comillas, a falta de una palabra mejor) es que quede evidente que tanto se debe confiar en esa información visual. Ahí cada uno tendrá su criterio sobre como hacerlo y que tanto se puede "alejar" (comillas de nuevo) de la realidad.

Y es difícil establecer ese criterio, pero ya me conformaría con que cada uno tuviera el suyo. Y principalmente que los periodistas "no-visuales" sepan que esos criterios existen. Por eso creo que es saludable que esta discusión exista, no para que se llegue a alguna conclusión, pero para crear ese criterio en quienes aún no lo tengan.

Toni Piqué dijo...

"Precisión" es algo que sólo se predica de las máquinas. Los hombres (y las mujeres) no somos "precisos", propiamente hablando. Ni tampoco, claro, el periodismo. Es una mera metáfora que debe tomarse como eso: en parte igual y en parte no a lo que se quiere definir. Si nos ponemos demasiado serios en eso acabaremos locos. Por ejemplo diremos "datos precisos" o "información imprecisa", lo cual no tiene sentido, pues no hay "datos imprecisos" ni "información imprecisa" sino datos e información. Muchos datos; información mejor o peor, más amplia o menos…

Con lo que hay que ponerse serios es con la verdad, en el sentido que le da la certera frase del maestro Desantes y aparece citada en el post siguiente. Otro gallo nos cantaría y, si no, fíjense en todo lo que ocurre con el caso DSK.

O Terror do Paper Papers dijo...

la verdad es una construccion constante. no hay una, sino muchas parciales, pequenas o grandes. es una sola compuesta por al sumatoria de muchas otras verdades. incluso las a medias. algunas afirmaciones rotundas, llamemosles, vehementes,
son una representacion dudosa de una supuesta verdad verbalizada bajo la norma de la parcialidad totalizaodra de la hiperbole. una especie de verdad inconstrastable por que lo afirme quien lo afirme sobre todo si es un medio.

la represntacion de verdad es solo eso, una representacion, no menos valida por ese caracter, pero si con esos limites. la representacion es una verosimilitud de algo que fue real o verdadero o falso. le da mas dramatismo, en el sentido de exageracion de algun elemento que lo potencia con condimentos esteticos que al autor deja trasnender. la representacion es solo una forma de verdad. una de tantas que aproximan a veces a la verdad y otras nos alejan por que el artista no buscan la verdad sino la belleza, la representacion, un decir, una estetica, no tanto una etica. no tienen un mandato moral, si lo tuvieran estarian bajo representacionrs autoritarias y no bajo la libre expresion.

la precision se me antoja importante en el peirodismo y depende del enunciado, no es lo mismo un hombre alto que uno de 1,89 o un millon de pesos a mas de un millon de pesos. la precision marca un rumbo en la informacion, la hace concereta, tal vez la aleja de una representacion escrita para darle un ambito concreto de conocimiento. la precison no hace mejor a la informacion, es parte de ella para que quien interprete tenga mas elementos, mas datos, mayor calado argumental. profundidad de aquello que se enuncia y sobre todo pueda contrastar lo que se enuncia.

al menos es lo que pienso.

JCD dijo...

Honestamente, sigo sin entender esta defensa de la impresición. Se ve que el tema me supera. Yo cuando leo periodismo quiero precisión, no información arrojada a ojo de buen cubero. Siempre voy a preferir que me digan "la bolsa subió 9,7 puntos" que que me digan "subió la bolsa unos puntos".
Dice GP: "Los que nos exigen precisión a los periodistas pueden ser tan autoritarios". Digo yo: no, son profesionales.
Dice GP: "Picasso pintó el horror, Velázquez la luz y David la majestad". Digo yo: eso es una cruel impresición, basada en la simplificación de algo complejísimo.
Insisto, no lo comprendo.
saludos