martes, 18 de mayo de 2010

Año 5 Número 1.410*

Tiempo Argentino fue fundado por Raúl Horacio Burzaco el 17 de noviembre de 1982 y cerró el 27 de septiembre de 1986. La historia es larga para contar y no la conozco completa (aquí una versión en El Coti, via Diario sobre Diarios, gracias JCD). Para colmo Burzaco siempre evitaba hablar del desenlace del diario más interesante -junto con Página 12- que se fundara en la Argentina en la segunda mitad del siglo pasado. Ninguno de los dos es hoy lo que fue entonces.

Ya dije que no conozco en detalle los avatares de la marca ni cómo Sergio Szpolski se terminó quedando con ella. Sé que, cuando Burzaco se fue del diario se la llevó con él. Lo más probable es que haya quedado libre porque Burzaco no la renovó (murió el 9 de febrero de 2004). Lo que no entiendo es la razón para no reconocer que se trata de una nueva época del mismo diario o respetar los números de año y edición.

*Número inventado, solo aproximado.

2 comentarios:

Juan Carlos Daniele dijo...

La explicación es relativamente fácil. Tiempo Argentino en un momento de su vida comenzó a ser manejado por "la coordinadora" esa banda de pendejos que la iban de muy vivos que rodeaban a Alfonsín (que comparados con el Grupo Sushi eran Churchill y De Gaulle, obvio). El capanga (en el peor sentido del término) era el Coti Nosiglia. Fue él quien se quedó con la marca. Y ahora se la cedió a su amigo-socio-cómplice Szpolski. Como se quedó "la coordi" con Tiempo está bien contado en un libro cuyo extracto publicó diarios sobre diarios y es este enlace: http://www.eldsd.com/eldsd/zonadura/2005/marzo/23-3-2005.htm

De nada
abrazos, buen blog

Gonzalo Peltzer dijo...

Gracias Juan Carlos. Ese link aparece en el post anterior (que enlazo) y que igual ya agregué a este. Burzaco me contó una vez que cuando la coordinadora se quedó con TA el nunca les dio la marca, solo la prestó. Cuando cerró el diario y Burzaco era funcionario de Menem, la marca seguía en su poder.

Me parece que la amistad de Szposlki y el Coti va por otro lado. Y tengo motivos para sospechar que ya no es lo que era.