domingo, 24 de agosto de 2008

Buena Prensa por decreto

Leo en El Universo de Guayaquil que el Gobierno ecuatoriano ha prohibido por decreto la difusión en los medios de comunicación de imágenes y fotos de hechos de violencia —accidentes, crímenes, muertes…— "para cumplir con el derecho constitucional de las personas a la privacidad". Eso dicen. Según el Ministerio de Gobierno, uno de los objetivos del decreto es reducir la percepción de inseguridad y el “morbo social que generan este tipo de informaciones”. El vocero/portavoz no explicó si el decreto incluye lugares privados o sólo públicos, como calles, morgues u hospitales. La Policía Nacional velará por el cumplimiento de esa regulación: los agentes que dejen filmar o fotografiar eventos violentos serán “drásticamente sancionados”.
Le da a uno la risa.
¿No sería mejor dedicar esas energías a mejorar el sistema educativo público del país para que las personas tengan mejor criterio a la hora de elegir sus diarios? Noooooooo, porque también tendrían mejor criterio para elegir a sus dirigentes políticos y eso es el principio del fin del populismo y la demagogia.
No quieren buena prensa sino prensa adicta.
Todo suena a fullería gubernamental para tener a esos diarios amenazados por la espada de Damocles de un decreto de aplicación tan discrecional. Los diarios amenazados son precisamente los que hablan con los electores del actual Gobierno ecuatoriano. Es un truco tan viejo…
Me pregunto también cómo afectará ese nuevo decreto censor a la prensa populachera, a los "chichas", como llaman en Perú a los tabloides que abren sus portadas con cuellos cortados, culos & tetas, escándalos o grandes trolas, como la de aquí al lado –del Extra de Perú)?
No defiendo esa prensa. Pero quiero recordar a esos gobiernos una de Brecht (¡qué pesado, otra vez!): Esos que pretenden, para reformarnos, vencer nuestro instinto criminal, que nos den primero de comer.
Y para los periodistas y diarios "serios", una de Martin Niemöller:
Cuando los nazis vinieron por los comunistas / me quedé callado; / yo no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdemócratas / permanecí en silencio; / yo no era socialdemócrata. / Cuando llegaron por los sindicalistas / no dije nada; / yo no era sindicalista. / Cuando vinieron por los judíos / No pronuncié palabra; / yo no era judío. / Cuando vinieron por mí / no quedaba nadie para decir algo.

1 comentario:

Gonzalo Peltzer dijo...

Aclaro que el decreto no ha prohibido la publicación de esas fotos, ha prohibido la exhibición de hechos de violencia y sus consecuencias a la policía y a cualquier funcionario. Les ha fregado el negocio a las morgues y a los fotógrafos de la policía que las vendían a la prensa. Todo para evitar la sensación de inseguridad pero no la inseguridad misma. Así son los autoritarios...