jueves, 1 de diciembre de 2011

La interactividad y el papel

En el sitio de la 20ª Cumbre Mundial de la Infografía Malofiej20 aparece hoy este post sobre la interactividad y el tamaño real. Se los recomiendo (ejem):
Siempre entendí el concepto de interacción como la posibilidad de que el receptor participe en la confección del mensaje. Aunque estoy dispuesto a cambiar mi definición cuando encuentre una mejor, sigo en mis trece. Dicho así tiene de bueno que se aplica a cualquier mensaje en cualquier medio. Y todavía pienso que no hay nada tan interactivo como el papel (o como el modelo documental, todavía en el imperio del papel). 
Ya se sabe que las páginas de un periódico sirven para envolver pescado. Pero es mucho más: un periódico, una revista, un libro… También sirven para encender un buen fuego y para limpiar los parabrisas del coche. Y se pueden fotocopiar -aunque sea en contra de leyes antediluvianas-, marcar, pintar, recortar, llevar y traer, dejar descansar, volver a leer, abollar, romper en mil pedazos… Se pueden leer, mirar, ver, escanear, morder, comer, oír, tocar, oler… En un sillón, en el autobús, en el tren, en el cuartito, en la mesa del comedor, mientras vemos tele o esperamos que baje un archivo pesado en el ordenador.


El futuro del diario es el diario, no el iPad. Y el futuro del iPad es el iPad. Y no dependen de las tecnologías sino del talento de quienes fabrican sus contenidos. Todo esto viene a cuento de la excelente idea de usar el papel para mostrar lo que le queremos decir en tamaño real. El diámetro del tubo que sacó a los 33 mineros de la Mina San José lo tiene usted en sus narices: buenísima idea que usaron El Mercurio de Santiago de Chile, La Voz del Interior de Córdoba (Argentina) y El Periódico de Barcelona. Pero hay más. Creo que estas merluzas en Clarín, los fetos y el arma en la mano de un niño de Time son anticipos magníficos de esa interacción, que estaban guardados en una carpeta de mi ordenador.



3 comentarios:

Unknown dijo...

Por eso es fundamental no confundir el desarrollo del periodismo con la convergencia, tan usada a menudo para justificar falta de innovación y riesgo. Eso sí, se vende muy bien en los congresos y los consejos de administración.
Más divergencia para renovar e innovar, no tanta convergencia para perpetuar rutinas http://www.estrelladigital.es/blogs/juan_varela/Divergencia_7_1076962294.html

Glenys González dijo...

Me encanta!

Gonzalo Peltzer dijo...

Eso Juan. Gracias Glen (supongo que te encanta el post y lo que dice Juan)

La convergencia no es más que la excusa de unos cuantos consultores para entrar por la ventana en las empresas de comunicación (lo que hace 20 años fue el diseño) y sacarles plata y plata y plata a los pobres gerentes desorientados.