lunes, 30 de abril de 2007

Derecho a la información

De repente volví a las clases del maestro José María Desantes, cuando hacía el doctorado en España. Lo reviví al leer esta mañana la solicitada de Enargas, el ente público regulador de las empresas que explotan y transportan el gas en la Argentina. La publicaron a toda página los diarios La Nación y Clarín de Buenos Aires. Se titula “Sobre la corrupción y el caso Skanska-TGN (Techint). La libertad de prensa y el derecho a la información”. Es una respuesta, pagada por Enargas, a lo que ellos llaman manipulación y subestimación de los ciudadanos por parte de las empresas periodísticas, cuando deciden qué hechos van a ser conocidos y cuáles van a ser ocultados a la opinión pública.

“Si en lugar de la interpretación maliciosa del diario se respetara el derecho a la información de los lectores, correlato insoslayable de la libertad de prensa, y los lectores hubieran podido por sí mismos leer el contenido de las notas cruzadas entre ENARGAS y TGN/Techint podrían haber confirmado las siguientes certezas:...“ y sigue la solicitada con siete hechos que supone silenciados adrede por los medios.

Asombrosa referencia al derecho a la información que asiste a todas las personas, correlato dialéctico del deber de informar que grava a los medios de comunicación. El derecho inalienable, humano, a la información no se pregona muy seguido en la Argentina. Es porque los medios no lo han aceptado nunca: para la mayoría de ellos el derecho/deber de informar es absoluto, como la propiedad para los liberales. No tiene contrapartida dialéctica en otro derecho/deber. La libertad de prensa aparece, para ellos, como un derecho sin deber, o un deber sin derecho.

No dice la solicitada -pero si hay correlato está implícito- que el derecho a la información de los ciudadanos es, a su vez, fundamento del deber de informar: tiene la misma fuerza como argumento para los medios que para los ciudadanos. Es por el deber de informar -contrapartida del derecho a la información- que los diarios Clarín y La Nación publicaron lo que consideraron oportuno dar a conocer al público lector.

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