viernes, 17 de mayo de 2013

"Cristina lee todo"


Lea, por favor, la columna de Jorge Fernández Díaz en La Nación de hoy. Vale la pena el final, pero le adelanto dos párrafos que tienen que ver con el título de esta entrada. Confirma algo que decimos en Paper Papers hace tiempo: los funcionarios ojean los diarios adictos y estudian los independientes.
A veces me pregunto qué hubiera sido de los Kirchner sin los diarios independientes: fueron voraces lectores de ellos, se enteraron de incontables errores cometidos por su propia gestión a través de nuestras páginas y alcanzaron a enmendarlos gracias a que se los señalamos. Esa lectura permanente y espinosa, que hoy continúa Cristina cada mañana con confesada actitud militante, le permite tomar la temperatura de la sociedad, conocer el pensamiento de la oposición y poner en perspectiva las principales acciones de su gobierno. Un país sin diarios críticos sería para ella tremendamente perjudicial, le traería un síndrome de abstinencia, un desasosiego similar al de un lector desesperado y perdido en el Día del Canillita. En tristes ocasiones, uno desea lo que no quiere. 
La peripecia del funcionario y del informe maldito confirma también que sus principales espadas le temen más que a nadie, y que tratan de endulzarle el oído con hechos y estadísticas que encajen con el relato. Y esto no es nuevo: nadie quiere ser un cadáver político. Lo que resulta absolutamente novedoso es que varios de ellos se desahoguen ahora con periodistas o con allegados: les parecen disparatadas las medidas que viene tomando el cristinismo desde hace un año y medio. Estamos hablando del cepo cambiario, el blanqueo de dinero y la consagración de la Argentina como paraíso fiscal, el pacto con Irán, la partidización de la Justicia, la apropiación del papel de diario, la presión desvergonzada a los hipermercados para que asfixien a los grandes periódicos, los planes de intervención al Grupo Clarín y muchas más. Los hombres de la Presidenta muestran su desasosiego frente a estas ocurrencias, las consideran indefendibles aunque aparezcan cada mañana promocionándolas por la radio, y de inmediato nos ruegan discreción. Que no se los nombre, que por favor no publiquemos nada porque "Cristina lee todo".

1 comentario:

Hector dijo...

Estamos viviendo en un clima de locura colectiva. Así son los fascismos.