lunes, 22 de enero de 2024

El País y Fernando Savater


Subo como imagen estos párrafos del libro Carne gobernada* de Fernando Savater. Son los que le dedica a El País de Madrid, diario en el que publicó una columna semanal desde su fundación, hace 47 años, y del que fue despedido hoy. Creo que son audaces y valientes y describen bastante bien la deriva de Prisa S.A., la sociedad editora del El País y propietaria de medios en España y gran parte de nuestra América.


* Carne gobernada es el nombre de un guiso de ternera asturiano.

2 comentarios:

Toni Piqué dijo...
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Toni Piqué dijo...

Fernando Savater tiene mal los datos o los manipula. Los señores que cita no son, precisamente, independentistas catalanes y muchos de ellos llevan escribiendo en el diario tanto o más tiempo que él. ¿Por qué en aquel pasado del diario, tan celestial como él lo recuerda, le parecían bien y ahora no? Los miembros de la anterior dirección que echa de menos han acabado todos en diarios de la derecha dura (El Mundo, ABC…), tan felices. Puede culparles a ellos de que se le lea menos a él y de que se lea menos en general: al cabo de los 4 años en que Caño estuvo al frente del diario, las ventas cayeron un 30%. El propio Antonio Caño ha explicado que puso el diario contra el independentismo catalán, al margen de los hechos que como periodista debía contar en lugar de encajarlos a martillazos en lo que disfraza como defensa de la Constitución. La Constitución no se defiende con mentiras ni con omisiones. De la interna de divisiones en la redacción que dejó ese equipo no digo nada: ya lo contarán, si quieren, los que lo sufrieron. De todo esto, Savater no dice nada, quizá porque encaja mejor con su peculiar manera de entender el periodismo y los medios, más cerca del Pravda, del Völkischer Beobachter o del Arriba.

Savater mezcla demasiadas cosas y parece no entender —o no quiere entender— ni la natural (y discutible, por supuesto) evolución del diario acompañando al país (me refiero a España) bien que mal, ni la transformación que ha sufrido el consumo de medios, ni la misma diversidad actual, que no es la de los años 80 y 90 del siglo pasado. No da ni una. Casii todas las mujeres que cita, por ejemplo, van como anillo al dedo en los medios en que ya trabajan, en cuya línea encajan bien, pero le sentarían a El País como dos pistolas a un santo. Y estoy de acuerdo en que la mayoría de las firmas del diario son pesadas y aburridas. Savater también omite otras firmas de El País que son más de su cuerda —perdón por simplificar— para que no estropear su sesgado retrato. La historia del diario, esa tan beata que cuenta él, tampoco le obliga a seguir en él ni obliga al diario a adaptarse a lo que hacía en los años 80, 90 y 2000 o a los gustos y preferencias de Savater, que también se han movido bastante, como ocurre con todo lo que está vivo. En el fondo, lo que no acepta Savater es la posibilidad de que no le lean tanto porque lo suyo interesa menos o poco. Ánimo, Fernando. Puede usted probar a escribir en otro diario menos decadente y sectario —buena suerte con eso en España.

(He borrado una versión anterior que era peor)