Desde la cumbre de Potsdam de 1945 no había una reunión de líderes mundiales tan importante como la de ayer en Washington.
Tal como acostumbra hacerlo, el New York Times publica tres fotos del encuentro en lugar de una, aunque privilegia la foto de familia con un enfoque oblicuo. A mi juicio es mucho mejor la foto de la mesa, en la que los protagonistas no están posando sino que están haciendo lo que fueron a hacer.
El periódico Ouest France, de Rennes, publica esa misma foto con algún segundo de diferencia, pero entera, en la que caben todos los que están sentados a la mesa, con Giorgia Meloni, Ursula von der Leyen y Friedrich Merz, que el New York Times obvió, entre otras cosas porque ya están en la foto de familia que abre la nota.
No es mi intención hablar del contenido de esas cumbres sino de la cobertura periodística y sobre todo fotográfica, que me recuerda a Erich Solomon (1886-1944) el fundador del fotoperiodismo como todavía lo conocemos.
Salomon se colaba en las reuniones de políticos y diplomáticos vestido como ellos. Era uno más en las cumbres, difícil de distinguir como periodista para quienes no lo conocían o para los que de tanto verlo en esas reuniones pensaban que era un ministro más. Como era discreto y hacía bien su trabajo, los personajes que retrataba en esas reuniones también lo respetaban.
Aquí abajo un conocido autorretrato de Salomon, vestido de frac y con su cámara Ermanox, tomado desde una puerta entreabiera y usando un espejo.
Reunión de líderes europeos el 2 de enero de 1928 en el Hotel Splendid de Lugano (Suiza), entre los que se distingue a Gustav Stresemann, Austen Chamberlain y Aristide Briand.
Pasajeros dormidos (1929):
Es muy conocida también la foto que congela el momento en el que Aristide Briand lo descubre en una recepción y cuentan que dijo mientras lo señalaba: Ah, le voila? Le roi des indiscretes!
O estas dos de una conversación informal (las que realmente valen) en la Conferencia de La Haya de 1930:
Willian Randolph Hearst en 1930:
Recepción y banquete en la Cancillería del Reich en honor de invitados británicos. Max Planck, James Ramsay MacDonald, Albert Einstein, Hermann Schmitz, Hermann Dietrich y Hans Luther, el 27 de julio de 1931:
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Erich Salomon nació en Alemania en 1886. Aprendió a hacer fotos con la luz del ambiente usando una cámara Ermanox que tenía un tamaño como para pasar inadvertida. Su carrera comenzó primero como afición y luego tomando fotos para periódicos a escondidas en las audiencias de un par de juicios por asesinatos en Alemania. En 1934 emigró a los Países Bajos, sabedor de que, por ser judío, su vida correría peligro en Alemania. En 1940 los nazis lo descubrieron cerca de La Haya y lo deportaron al campo Theresienstadt. Junto a su esposa y su hijo Dirk fue asesinado en Auschwitz en 1944.
La historia de Salomon es una lección para muchos fotógrafos de hoy. Los reconocemos a la legua por lo zaparrastrosos que van a cubrir los eventos en lugar de mimetizarse son los protagonistas: despeinados, sucios, en bermudas, terminan todos juntos en el corral, haciendo la misma foto para medios distintos que un día se darán cuenta que es mucho más barato que uno solo de ellos les haga las fotos para todos.
Pienso que Miguel Urabayen habría disfrutado con esta cumbre y también que le habría recordado a Erich Salomon. Sus clases sobre Cultura de la Imagen Periodística eran geniales. Subo esta foto en la que estamos juntos en un taller en la Universidad Austral de Buenos Aires.