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jueves, 10 de septiembre de 2009

The September Lesson


La película The Devil Wears Prada (David Frankel) es una lección de periodismo y la profesora es Anna Wintour, la editora de Vogue, que aletea detrás de Meryl Streep y Runway. Deberían estudiar este manual todos los periodistas, pero especialmente los de política, los de espectáculos y los de deportes. Lo que hace Anna Wintour es lo que quiero decir cuando digo que los periodistas cambiamos el mundo. Ella decide qué se pone y qué no se pone la gente, toda la gente, hasta la que compra en las tiendas de saldos. Ir por delante de los acontecimientos y no por detrás, que para eso basta con ser data-entry.

¿Tiene poder Anna Wintour?
Un poder inmenso.
¿Se puede cambiar el mundo con ese poder?
Para bien o para mal.
¿Es negocio decidir qué va a hacer la gente?
¡Qué te parece!

sábado, 10 de diciembre de 2011

Instinto que vale oro


"Tu amiga" me escribe TP y me envia este link, porque sabe que me gustan las actitudes profesionales y la clase de Anna Wintour, la editora de Vogue, de quien ya hemos escrito en Paper Papers (de ella y de Miranda Priestley / Meryl Streep). Pues ahora Wintour se despacha con que no mira estudios de mercado, encuestas, focus groups o cosas parecidas.

I don't really follow market research and in the end I do respond to my own instincts.
Nada de nada. Solo su instinto. Un ahorro que pueden empezar a calcular los gerentes: quizá tanto como su sueldo. Mi amiga Anna Wintour hizo semejantes declaraciones en el lanzamiento en internet del archivo de Vogue y las reproduce Advertising Age.

Para que después digan que la genética de los periodistas no vale nada...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Esos son pasantes

Buscábamos la tapa de Vogue del post anterior cuando MRA se topó con esta noticia fabulosa para refregar a los pasantes que quieren cobrar por aprender: una chica (todavía no sé si es varón o mujer, pero lo supongo) pagó 42.500 dólares por trabajar dos semanas con Anna Wintour en la dirección de Vogue. Esa chica quiere aprender periodismo. Pero no es la única: Anna Wintour subasta las pasantías: muy buena idea. Solo que ella dona el importe a obras de caridad, que también es una buena idea, pero a veces la mejor obra de caridad es pagar los sueldos de los propios empleados.

La lección de Miranda Priestly, en Paper Papers, 30/10/09

sábado, 6 de diciembre de 2008

Las estrellas dan lecciones de management

Quizá lo Chic & Cool es seguir como si nada. Ignorar que el iceberg está delante del barco. Es lo que practicaron el otro día en la competente Escuela de Periodismo de la Syracuse University tres de los editores más enrrolladetes: Anna Wintour (Vogue), David Remnick (The New Yorker) y Graydon Carter (Vanity Fair), de la cuadra Condé Nast.

Algunas perlas:

::
WINTOUR: "It's very important not to overreact to what's going on and to remain true to the heart of your magazine". Bien. Pero al menos reaccionar a secas ¿no?

"We've been in difficult times before, and we've come out of them". Qué bonito.

"I think all of us are looking forward to a recovery next year."

:: REMNICK: A propósito de la escasa dedicación a la lectura de los jóvenes: "I say just wait eight years until they're 29. At a certain point, people just start reading newspapers."

"Magazines that mean something, that have carved out a space in the culture, will persist". Como Time Inc. que ya ha previsto eliminar entre 300 y 700 posiciones en 2009. Por ejemplo.

Más ciegos y más sordos no pueden ser/estar. Les pierde la frivolidad, la arrogancia, la ignorancia o las tres cosas a la vez. Porque ingenuos no son.

Joe Nocera, dueño de la columna Talking Business del NY Times estaba allí. Quedó flipado ante este despliegue de superficialidad y petulancia. Aún no ha publicado nada al respecto. Lo espero con ansiedad.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Royalty

Es la portada de la edición alemana de Vogue. Me gustaría conocer la historia porque supongo que Anna Wintour jamás cometería semejante lugar común gráfico. Ya se ve que la creatividad no es el fuerte de los editores alemanes. Para colmo ni Demi Moore ni Vanity Fair les cobrarán royalty porque las dos revistas son de Condé Nast (gracias HII).

viernes, 30 de octubre de 2009

La lección de Miranda Priestly

Me invitaron a exponer en el Programa de Gestión de Contenidos de la Universidad Austral de Buenos Aires. Buena e interesante conversación con profesionales del negocio de los medios. Les hablé del Negocio del Periodismo y les mostré los capítulos 8 y 9 de The Devil Wears Prada, de David Frankel (2006). Esas escenas contienen la definición más cabal del Negocio del Periodismo:

Andrea Sachs (Anne Hathaway) se ríe porque le parecen iguales dos cinturones que sostiene una estilista para la que son completamente distintos. Miranda Priestly (Meryl Streep) la editora de la revista Runway le explica a su nueva secretaria que fue allí donde se decidió un par de años atrás el color cerúleo del sweater ordinario que tiene puesto y que compró en una mesa de saldos de una tienda de cuarta. Meryl Streep representa a Anna Wintour, la glamorosa y legendaria editora de Vogue, la revista que decide en una sola edición, la de septiembre, lo que se pondrá el mundo ese año y los siguientes.

Hay quienes saben aprovechar la energía descomunal que desatan los periodistas, pero son pocos. El resto piensa que eso puede hacerse con pasantes o data entries y fracasan (y le echan la culpa a internet o a que ya la gente no lee).

Y les repetí algo que suelo decir seguido: el dinero es como el amor, el sueño o el trabajo: aparece cuando uno no lo busca. Los fundadores de los diarios no querían ganar dinero. Querían cambiar el mundo y por eso ganaron dinero y fundaron grandes empresas.

Y terminé optimista: el periodismo en Argentina y en América latina tiene la oportunidad histórica de volver a fundar naciones. En esa encrucijada lo pone el poder despótico que se está convirtiendo en una pesadilla en algunas de nuestras repúblicas.