Los usuarios de la Encyclopaedia Britannica podrán agregar, editar y completar artículos. La venerable publicación activará más prestaciones 2.0, explicó el baranda de la cosa, Jorge Cauz, al Sydney Morning Herald. Cada cambio o nuevo elemento en los artículos en línea será revisado por alguien de la compañía, antes de que se vean reflejados en línea. Esta revisión durará unos 20 minutos.La Hinchada Digital y los Hooligans 2.0 lo verán como una derrota del mundo analógico. Twitter se sobrecargará de aleluyas binarias, etc. Pero Britannica es digital desde 1994. En 2005 a algunos les dio la risa con aquel estudio amarillo de Nature donde equiparaba el volumen de errores de Britannica a la Wikipedia. Nature como autoridad científica tampoco es lo que era.
Pero ahora el trasatlántico Britannica ya ha cambiado el rumbo. Y acelerará toda máquina haciendo pesar sus intangibles. Por ejemplo, que entre sus autores figuran Freud, Marie Curie, Einstein o Trotsky. Y la marca. Eso tiene un valor que no es analógico, amigos. Si quieres escribir un artículo sobre lo tuyo ¿bajo qué marca quieres aparecer: Britannica, Encarta o Wikipedia? Pues eso.
La hinchada dice: "Wikipedia actualizó la información del juramento en EE.UU. antes que Britannica y Encarta, chincha y rabia". Bueno. ¿Y qué?
Cauz se queja: “Si yo fuera el presidente de Google estaría muy disgustado por el hecho de que el mejor buscador continúe ofreciendo la Wikipedia como primer enlace [en sus búsquedas]. ¿Es lo mejor que pueden hacer? ¿Es lo mejor que puede hacer su algoritmo?”. No se enfade, hombre. Compita.
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